El 2024 es el año en el que más personas en el mundo acudirán a las urnas. Un total de 64 países del orbe, incluido el nuestro, elegirán nuevos gobiernos, representantes y parlamentos. Esto equivale al 49% de la población adulta del planeta. Entre los países que celebrarán elecciones este año se encuentran Taiwan, Pakistán, Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, India, Indonesia, Irán, Sudáfrica, Ucrania, República Dominicana, El Salvador, Croacia, Islandia y Venezuela.

Algunos de ellos son democracias consolidadas, otros restringen la participación de grupos o partidos políticos de oposición que expresan posturas críticas. Las propuestas políticas van desde el respeto irrestricto de los derechos de todas las personas a plataformas electorales basadas en explotar el miedo, la represión, la discriminación y el autoritarismo.

La declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 21, determina que todas las personas del planeta tenemos derecho a participar en el gobierno de nuestro país de manera directa o por medio de representantes, a través de elecciones periódicas, universales y libres en las que se garantice la secrecía del voto.

A menos de 15 días de las elecciones más grandes que ha vivido México, debemos reflexionar sobre nuestro papel en la defensa y el fortalecimiento de la democracia. La democracia es necesaria para el ejercicio de nuestros derechos y la protección de nuestras libertades. La democracia es necesaria para exigir a nuestros gobernantes la rendición de cuentas. La democracia es necesaria para acceder a la justicia.

La democracia es esencial para prevenir que la intolerancia, la intransigencia, la impunidad y la indiferencia se apoderen del aparato estatal. La democracia sólo se protege y garantiza con la participación activa de la ciudadanía. Esto es especialmente cierto en sociedades tan profundamente fracturadas como la nuestra, en las que la arena electoral se ha utilizado para deslegitimar a las y los adversarios políticos.

Las elecciones del 2 de junio deben ser un ejercicio de expresión colectiva que llame la atención de las y los señores de la política y les haga ver que las mexicanas y los mexicanos defenderemos sin cansarnos el derecho humano a la participación política y a la vida democrática. Derechos que costaron la vida de muchas personas en nuestra lucha por la democracia. Por eso, en estas elecciones debemos estar alertas para detener los embates de los grupos y organizaciones políticas que buscan secuestrar, debilitar y destruir a las instituciones que garantizan y protegen nuestro derecho a la democracia.

En la fiesta electoral del 2024, usemos nuestro voto para enviar un mensaje claro y contundente a todas las fuerzas políticas de este país: los y las mexicanas estamos comprometidas con la defensa del modelo democrático.

Que nunca lo olviden.

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