Hace un par de días me detuve a pensar en la siguiente pregunta: ¿Qué hubiera pasado si las obras de arte más importantes de la historia hubieran desaparecido? Creo que nos hubiéramos perdido de un inmensurable valor artístico e histórico, no podría concebir una historia del arte con una Última Cena destruida. Es por esto que hoy y las siguientes dos semanas te contaré acerca de diversas obras que se destruyeron, perdieron y dañaron durante la Segunda Guerra Mundial, así como de un grupo de personas con un peculiar amor por el arte que lucharon para resguardar y salvar algunas famosas obras de arte.

El líder del partido nazi, Adolf Hitler, tenía una afición por el arte. Gracias a la historia conocemos que fue un pintor frustrado, intentó entrar a la Academia de Bellas Artes de Viena dos veces y en  ambas fue rechazado. Varios elementos de sus pinturas, como el manejo de la perspectiva, los volúmenes de las figuras humanas, eran terribles, dejando ver su poco talento en la pintura, a pesar de esto, él siguió pintando y admirando a los grandes de la historia del arte. El gusto artístico que desarrolló era muy clásico, no tenía afición por coleccionar o apreciar el arte moderno, o mejor conocido por él y sus seguidores como el “arte degenerado”. Este movimiento se conforma por diversos artistas, como Otto Dix, Ernst Kirchner, Marc Chagall, entre otros, pero ¿por qué las pinturas de estos grandes de la historia del arte serían consideradas como algo “degenerado”?

Con la llegada de la Segunda Guerra, el arte ya tenía una función completamente fuera de lo estético, los artistas tomaban el arte como un medio que servía para atestiguar y canalizar toda la violencia, desesperación, soledad e incertidumbre que sucedía en el periodo. Esto no les favorecía a los políticos de la época, ya que las pinturas difundían los verdaderos horrores que se vivía en la guerra, es decir, no funcionaban como un instrumento de control. De igual forma, los valores plásticos de estos artistas eran modernos, eran elementos que iban fuera de lo tradicional y eran utilizados por artistas con una mentalidad mucho más abierta al cambio y a la diversidad. Por supuesto que esto tampoco les gustaba a los políticos de la época, es así como los políticos y su líder decidieron llevar a cabo la exposición titulada el Arte degenerado, con el fin de demostrar al arte moderno como una expresión obscena y vulgar. Cabe mencionar que las piezas expuestas fueron de grandes y valientes artistas que mostraban la terrible realidad de la guerra, que pintaban sus sentimientos más profundos y mostraban una vulnerabilidad nunca antes vista. Una vez finalizada la exposición, estas y otras obras de arte fueron apiladas y quemadas, perdiéndose así entre las llamas.

Estas quemas fueron algo regular durante la Segunda Guerra Mundial, el arte que no tenía cabía en el gusto implementado por los políticos era destruido. Se destruyeron cientos de obras de autores como Vincent van Gogh, Picasso, entre otros. En su mayoría se tienen registros de las obras destruidas, algunas otras nunca sabremos cómo lucieron o qué nos intentaban contar. La siguiente semana te contaré de algunas de estas piezas perdidas y quemadas.

Pero, ¿tú qué opinas? ¿Crees que el arte puede ser algo “degenerado”?

*Lic. en Historia del Arte y Curaduría

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