Seguimos con los sustos de octubre. Esta semana te contaré acerca de una pintura que algunos afirman tiene la fuerza de provocar malestares físicos, incomodidad, comportamientos agresivos e inclusive se dice que ha provocado accidentes misteriosos a los espectadores que han tenido contacto con esta pieza.

Existe una pintura embrujada que ha llevado a la fama al Hotel Driskill en Austin, Texas, Estados Unidos. Éste es considerado uno de los hoteles más importantes por su ubicación, lujosas amenidades, arquitectura y legado histórico. Su historia se remonta a 1880, año en el que el proyecto inició, pero fue hasta 1886 que oficialmente se inauguró. A través de los años ha pasado por diversas renovaciones, a pesar de éstas, su arquitectura neorrománica se ha fundido con la contemporaneidad de manera impresionante, haciendo del hotel un lugar muy especial para visitar. Por la antigüedad del espacio, existen varias leyendas acerca de este lugar, pero la más importante es acerca de una pintura. En el quinto piso del hotel se encuentra una reproducción de la pintura titulada Un saludo de navidad de Charles Trevor Garland. La pieza muestra a una niña sosteniendo con una mano un ramo de rosas y en la otra, una carta; en la parte del fondo se ve lo que parece ser un telón, lo cual agrega teatralidad a la escena. Un dato curioso de la pintura es el ángulo, el punto focal no está en el rostro de la niña sino en sus zapatos, provocando una perspectiva diferente a la que usualmente se acostumbra en las composiciones artísticas. Ahora sí, cuenta la leyenda que la niña retratada es la hija de cuatro años de un famoso senador de la época de la inauguración original, se dice que en 1887 mientras se hospedaban ahí, la niña tuvo un mortal accidente cuando tropezó por las escaleras principales del hotel. La historia cuenta que, a partir de esto, en el hotel se siente el espíritu de la niña, se dice que se escucha cómo juega con una pelota y sus risas, a pesar de esto, lo más curioso sucede cuando los huéspedes ven la pintura, existen muchos testimonios de gente que al verla experimentan mareos, náuseas y debilidad. La verdad es que no existe ningún registro oficial de esta historia, se ha intentado desmentir por muchos años; sin embargo, la gente que experimenta estas sensaciones, afirma que hay algo raro con la pintura y que sienten la energía de la niña. Sea o no la niña de la historia, pienso que los espectadores han proyectado miedos y energías particulares en la pintura, provocando que a través de los años ésta las contenga, tal vez esta es la razón por la cual la gente siente estas emociones, aun así, creo que nunca lo sabremos con certeza.

Esta segunda parte me quedó corta, en la siguiente columna te contaré acerca de una serie de pinturas misteriosas que la prensa sensacionalista y la superstición de las personas llevaron a la fama. Supuestamente estas tenían un poder particular de sobrevivir en misteriosos incendios. Pero, ¿tú qué opinas? ¿Crees que una pintura puede contener la energía de las personas? ¿Crees que el arte puede provocar sensaciones de este tipo?, o ¿el arte puede mostrarnos nuestros propios fantasmas?

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