En consulta, una de las preguntas que me hacen con frecuencia es: “¿Doctora, qué tanta probabilidad tengo de tener gemelos?” La idea de un embarazo gemelar puede ser emocionante para algunas personas y angustiante para otras, pero en ambos casos está rodeada de mitos y suposiciones
Primero, vamos a los hechos: la probabilidad natural de tener gemelos varía dependiendo del tipo. Existen dos tipos principales: los gemelos idénticos (monocigóticos) y los gemelos fraternos (dicigóticos), comunmente conocidos como “cuates”. Los gemelos idénticos ocurren cuando un solo óvulo fecundado se divide en dos embriones; esto sucede por un fenómeno biológico espontáneo que no tiene causa conocida ni suele repetirse en la familia. Su frecuencia es bastante constante a nivel mundial: aproximadamente 1 de cada 250 embarazos. Los gemelos fraternos, en cambio, se dan cuando dos óvulos diferentes son fecundados al mismo tiempo. Este tipo de embarazo gemelar sí tiene influencia de varios factores. El más importante es la herencia materna: si en tu familia materna hay antecedentes de gemelos fraternos, tu probabilidad aumenta. También influye la edad: las mujeres mayores de 35 años tienen una mayor probabilidad de liberar más de un óvulo por ciclo. Otros factores que elevan el riesgo son haber tenido embarazos previos, tener un índice de masa corporal más alto y, por supuesto, los tratamientos de fertilidad. Uno de los grandes cambios en las últimas décadas ha sido el aumento en embarazos múltiples debido al uso de técnicas como la fertilización in vitro, donde a veces se transfieren más de un embrión al útero, o por la estimulación ovárica, que puede hacer que una mujer ovule más de un óvulo por ciclo. ¿Y qué hay de los mitos? Comer ciertos alimentos o tener relaciones en ciertas posiciones no tienen ninguna relación real con tener gemelos. Tampoco es cierto que “se salta una generación” o que sea más probable si ya tienes gemelos idénticos.
En resumen: la mayoría de los embarazos son únicos. Tener gemelos no depende de la suerte ni de remedios caseros, sino de una combinación de genética, edad y, en algunos casos, tratamientos médicos. Así que si estás esperando un embarazo múltiple —o simplemente tienes curiosidad— lo mejor es informarte con fuentes confiables y consultar con tu especialista. Porque al final, ¡cada embarazo es único!