María José Rodríguez Sibaja

La depresión perinatal existe, aunque no siempre se vea

Hablar de salud mental materna es hablar de salud familiar. Una madre que recibe apoyo emocional tiene más probabilidades de cuidar de sí misma y de su bebé

Hoy 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que invita a voltear a ver con empatía y sin prejuicios los trastornos emocionales que, aunque comunes, siguen siendo poco visibles. Uno de ellos es la depresión perinatal, que puede aparecer durante el embarazo o en el primer año después del parto y que afecta a muchas más mujeres de las que imaginamos.

Durante el embarazo, se espera que las futuras mamás estén felices y plenas, pero no siempre es así. Algunas mujeres sienten angustia, tristeza, culpa o miedo sin entender por qué. Otras, después del parto, enfrentan dificultad para vincularse con su bebé, insomnio o pérdida del interés por cosas que antes disfrutaban. Estos no son síntomas de cansancio: son señales de un trastorno real que requiere atención médica y emocional.

Ninguna mujer está exenta de padecer depresión perinatal. Puede presentarse tanto en mujeres que atraviesan una maternidad deseada como en quienes enfrentan un embarazo complicado, pérdidas previas o falta de apoyo. El cuerpo cambia, las hormonas fluctúan y la mente intenta adaptarse a una nueva identidad. Es un periodo vulnerable en el que el entorno social juega un papel crucial: ayuda práctica o simplemente escuchar sin juzgar puede hacer una diferencia enorme.

Reconocer a tiempo los síntomas hace toda la diferencia. Algunos signos de alerta son tristeza constante, ansiedad intensa, sensación de no poder con la maternidad, pensamientos de inutilidad o desesperanza. Si estos síntomas duran más de dos semanas o interfieren con la vida diaria, es fundamental pedir ayuda profesional. El tratamiento puede incluir acompañamiento psicológico, redes de apoyo y, en algunos casos, medicamentos seguros durante el embarazo o la lactancia.

Hablar de salud mental materna es hablar de salud familiar. Una madre que recibe apoyo emocional tiene más probabilidades de cuidar de sí misma y de su bebé. Por eso, acompañar, preguntar y escuchar con empatía es también una forma de cuidar. Recordemos que no hay maternidades perfectas, pero sí puede haber maternidades acompañadas. Visibilizar la depresión perinatal no solo ayuda a quienes la viven, sino que rompe el silencio y nos acerca a una sociedad más compasiva y saludable.

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