Uno de los elementos que hay que reconocerle al presidente López Obrador es su capacidad para definir la agenda; sin importar lo que suceda en el país, la discusión siempre está donde él la pone. A lo largo de su administración la discusión pública ha estado en los temas que marca, sin importar su relevancia.
Todos los días el presidente habla de lo que se le ocurre o de lo que le conviene. Resulta imposible estar informado —y en posibilidad de responder— todos los días preguntas sobre todos los temas. La alternativa es generar —cuando no plantar— sus propios temas y, por supuesto, sus propios datos. La información relevante no se comunica en la mañanera; no es su objetivo. La polémica, las ocurrencias, los ataques y las cortinas de humo, sí.
El retrato del sexenio es el anuncio de la rifa del avión presidencial. El tema se vuelve tendencia, se discute en todos los programas informativos y domina la conversación en redes sociales; se mantiene como referencia cada vez que el Ejecutivo tiene una ocurrencia. Nada importa que el avión nunca se rifara, que se siga pagando, no se haya vendido, no se utilice y siga generando costos al erario.
¿Qué pasaba en el país mientras nos centrábamos en la crítica o la alabanza a la rifa del avión? Se veía remota la llegada de la pandemia y se desmantelaba el Seguro Popular para crear uno de los mayores elefantes blancos del sexenio: el INSABI. Se incrementaba el número de personas en condiciones de pobreza. Se destinaban miles de millones de pesos a las llamadas obras insignia de la 4T: una refinería en un mundo que transita hacia las energías renovables, un tren que está devastando la selva y un aeropuerto al que no se puede llegar, del que nadie quiere viajar y que, además, no resuelve el problema de saturación aérea de la Ciudad de México.
Mientras el presidente sugería “pausar” las relaciones diplomáticas con España, en México causaba estragos el desabasto de medicamentos. Mientras se anunciaba por enésima vez que la pandemia había sido “domada”, millones de vacunas y medicamenos caducaban. Mientras se superan los 120 mil homicidios dolosos y se acumulan los ataques —y asesinatos— de periodistas y personas defensoras de los derechos humanos, el presidente propone una reforma electoral que propone elegir por voto directo al Consejo General del INE y a la Sala Superior del TEPJF.
Desde hace unos días el tema es la detención del ex procurador Jesús Murillo Karam. A quién le importa la tragedia de los 10 mineros atrapados desde hace más de 20 días en la mina El Pinabete en Coahuila o las historias de terror que viven las personas migrantes a lo largo del territorio nacional, o la violencia del crimen organizado que hace unos días conmocionó a Guanajuato, Jalisco, Baja California, Colima y Zacatecas.
Lo importante hoy en México es dar a conocer una investigación que no revela nada y ponerle nombre y apellido a los presuntos culpables, encabezados por el entonces Procurador. Sin duda hay enormes omisiones y errores en la investigación realizada en el sexenio de Peña Nieto pero tras 4 años de investigación lo único que ha “madurado” es el uso político de la justicia. Mientras se inicia una nueva purga que promete resolver todos los problemas nacionales, el país se nos va de las manos.
@maeggleton