Lucía Quiroga

Seguros inclusivos

La equidad financiera no es un lujo, sino una necesidad. El seguro es clave

En México, la inclusión financiera avanza de forma gradual y en el sector asegurador empieza a reflejarse en políticas más abiertas hacia la diversidad.

Un ejemplo es la posibilidad, hoy vigente, de que personas LGBTQ+ designen a sus parejas del mismo sexo como beneficiarias o asegurados complementarios en pólizas de vida y gastos médicos.

Cabe mencionar que aún persiste el requisito de presentar una “carta de interés asegurable”, esto es un documento que explica la relación y responsabilidades entre las partes. Este procedimiento representa un cambio sustancial frente a prácticas pasadas, donde se debía usar eufemismos como “amigo” en lugar de “pareja”.

No obstante, este progreso se da en un entorno donde la penetración de los seguros en México alcanza apenas el 2.7% del PIB, muy por debajo del promedio de América Latina (6%) y de la OCDE (9%). Además, solo el 20% de la población adulta cuenta con una póliza, lo que evidencia un amplio margen de crecimiento y la necesidad de estrategias que impulsen tanto la inclusión como la adopción generalizada de productos de aseguramiento.

Afortunadamente ya hay en el país coberturas como Met99 de MetLife, que permite asegurar hasta tres personas sin relación de parentesco, pero sin duda falta tener y divulgar más instrumentos y eliminar los pasos adicionales –como la carta manual– que no se exigen a parejas heterosexuales.

Es evidente que aún persisten profundos retos legales y operativos. Por ejemplo, una mujer transgénero podría ver rechazado un reclamo por cáncer de próstata si figura legalmente como mujer. Esto subraya la urgencia de reformar marcos normativos para una verdadera inclusión.

La razón va más allá de la equidad: los seguros son una herramienta clave para la estabilidad financiera, el bienestar y la protección patrimonial. En un país donde la penetración es baja, avanzar hacia productos inclusivos no solo cierra brechas sociales, sino también económicas.

La equidad financiera no es un lujo, sino una necesidad. El seguro es una herramienta clave de protección patrimonial, planeación y dignidad. Para muchos en la comunidad LGBTQ+, significa además acceso real a respaldo económico, más allá de la letra de la póliza.

Los seguros inclusivos merecen ser visibilizados y simplificados. Los productos deben comunicarse mejor, la ley debe evolucionar, y las compañías deben dejar de tratar a la diversidad como un caso especial.

Impulsar seguros inclusivos es un paso en la dirección correcta, pero el verdadero desafío es ampliar la penetración del mercado, fortalecer la confianza de los usuarios y garantizar que el acceso sea pleno, equitativo y libre de barreras para todos.

/@finanzasentacon

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