Si tiembla ¿tu hogar está protegido? Comienzo con esta pregunta porque es clave sensibilizarnos de la importancia de contar con una protección financiera en caso de catástrofes naturales, pero sobre todo, de los daños ocasionados por un terremoto, sobre todo si consideramos que México es un país con una alta actividad sísmica.

Sin embargo, a pesar de los fuertes terremotos que hemos vivido, entre ellos en 1985 y los ocurridos en 2017, y los daños que han causado, aún hace falta que, ante las acciones de prevención para enfrentar eventos de este tipo, consideremos contar con un seguro de hogar que proteja nuestro patrimonio.

Y es que, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en México ¡solamente alrededor de 7% de las viviendas en el país cuenta con una cobertura para sismos!

¿Pero, por qué los mexicanos no aseguran sus propiedades, si la vivienda es uno de los patrimonios más valiosos? Una hipótesis podría ser por desconocimiento. Aunque el sector asegurador lleva años promoviendo la importancia de estas coberturas por todas las vías, recordemos que informarnos también es responsabilidad de cada uno.

O quizá sea porque ¿los seguros no pagan? ¡Quitémonos de esa idea! Las compañías van a pagar lo acordado en el contrato de seguro, por ello es tan relevante que nos fijemos muy bien qué es lo que incluye nuestra póliza y cuáles son las exclusiones.

Entonces quizá ¿necesitamos más ejemplos de que un desastre de este tipo puede ocurrir de un momento a otro y dejarnos sin nada en cuestión de segundos?

Más allá de lo ocurrido en 1985, que muchos aún recordamos o incluso resentimos los daños (conozco dos personas que perdieron a sus seres queridos en esa fecha), seguro sí tenemos más fresca las imágenes del 2017.

¿Cuántas veces vimos en televisión desplomarse a aquél edificio en la colonia Roma de la Ciudad de México, casi una hora después del temblor, cuando la gente ya había regresado a su hogar “sana y salva”?

Y sin ir más lejos, para muestra, lo ocurrido en el terremoto de Marruecos, el pasado 8 de septiembre. Éste ha ocasionado la muerte de al menos 2 mil 900 personas y más de 5 mil 500 heridos. Recuerdo estremecer hace unos días con el relato de una maestra marroquí que tras el terremoto se dirigió al pueblo donde daba clases y lo que descubrió fue que sus 32 alumnos, de entre 6 y 12 años de edad, habían muerto.

Una penúltima razón por la que creo que no tenemos seguro podría ser por el costo. Aunque la realidad es que no tenemos claridad de cuánto vale, sólo “suponemos” que es muy caro.

Salomé Oviedo, directora de siniestros de daños de AXA, advierte que aunque el costo varía, por ejemplo, para una vivienda con un valor de un millón y medio de pesos, una póliza no excede de diez mil pesos anuales. Esta cantidad protege tanto el edificio como los contenidos, y además se blindan otros daños comunes, como roturas de cristales, electrodomésticos, etc.

Esta cantidad es muy baja si se trata del riesgo de perderlo todo. Entonces, ¿por qué las mexicanas y mexicanos no tenemos una cobertura de vivienda? Por falta de criterio y/o de amor propio.

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