Lucía Quiroga

Negocios saludables y liquidez financiera

La clave es garantizar un flujo de caja estable, algo que se ha vuelto cada vez más difícil por la incertidumbre económica

Con el inicio de 2026, las empresas se enfrentan a una realidad repleta de oportunidades, pero también llena de desafíos significativos.

Y es que, de acuerdo con el estudio Financial Safeguards that Empower Business Expansion, de Allianz Trade, accionista de Solunion, las insolvencias globales han aumentado un 10% en el último año, por lo que se vuelve crucial prestar atención a un tema clave: la gestión de riesgos crediticios.

Estos riesgos, que pueden amenazar la estabilidad de las finanzas, merecen ser abordados con seriedad y proactividad, ya que es esencial para asegurar la continuidad de los negocios y para promover su crecimiento.

La clave radica en garantizar un flujo de caja estable, algo que se ha vuelto cada vez más difícil ante un continuo contexto de incertidumbre económica.

En este sentido, las empresas pueden implementar mecanismos de protección financiera que les ayude a mantener a salvo su liquidez, uno es el factoraje de facturas, que es un método que les permite vender las facturas impagadas a entidades financieras, obteniendo así liquidez inmediata sin esperar a que los clientes cumplan con sus pagos.

Otra opción para aquellas empresas que prefieren mantener el control sobre sus cuentas por cobrar y sus relaciones comerciales es el financiamiento de facturas, para obtener préstamos basados en el valor de las deudas pendientes, conservando la propiedad de las facturas y facilitando así la extensión de plazos de pago sin recurrir a terceros.

Y un tercer recurso igualmente estratégico es el seguro de crédito, que se convierte en una protección más estable y estratégica, cubriendo riesgos como la insolvencia, incumplimiento o inestabilidad geopolítica.

Este seguro es una herramienta de prevención de gran utilidad para las compañías, de todos los tamaños, sobre todo si se considera que las cuentas por cobrar llegan a representar hasta 40% de los activos de algunas organizaciones, de acuerdo con Solunion México.

Otro tip es detectar a tiempo las señales de dificultades financieras en los clientes, ya que esto puede ser la diferencia entre mantener un negocio saludable y enfrentarse a problemas de liquidez que pongan en riesgo la operación y su continuidad.

Por ello, implementar políticas claras sobre límites de crédito y realizar revisiones periódicas sobre la salud financiera de los clientes pueden prevenir sorpresas desagradables.

En este año que entra las empresas deberán adoptar un enfoque proactivo hacia la gestión de riesgos crediticios, reflexionando sobre las prácticas actuales y adaptando las estrategias para enfrentar de manera más exitosa el 2026.

Y hablando de ello, no quiero cerrar esta columna, la última del año, sin desearles 365 días de prosperidad, metas cumplidas y muchas buenas decisiones financieras. ¡Que tengan un muy feliz 2026!

@finanzasentacon

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