Enseñar a los niños sobre finanzas desde temprana edad es una inversión invaluable para su bienestar económico y emocional. Es por ello que quiero aprovechar este llamado mes del niño, para hablar sobre las grandes ventajas que puede tener para ellos y ellas contar, no solo con los conceptos, sino con aquellos hábitos que les ayuden a enfrentar los desafíos financieros en su futuro.
La comprensión temprana de ello no solo les proporciona habilidades prácticas para manejar el dinero, sino que también les fomenta una mentalidad responsable y reflexiva hacia las decisiones financieras.
Por ellos, es importante sensibilizarnos que, como padres, tenemos la obligación y la responsabilidad para prepararlos. De entre todos los hábitos saludables que les impulsemos, también son importantes el enseñarlos a planificar, a ahorrar, y a entender que es importante priorizar la salud financiera. Podemos estar salvando mentes, e incluso vidas. Las deudas fuera de control pueden llevar a escenarios muy graves.
Lo cierto es que a veces no sabemos ni cuándo ni por dónde empezar. Los especialistas recomiendan que entre los siete y ocho años es un buen momento para comenzar a introducir conceptos relacionados con el ahorro y la administración del dinero, pero no hay una edad determinada.
Hay niños más pequeños que predicando con el ejemplo, pueden ir entendiendo y aplicando estos conceptos porque los practican en casa. Así que quiero compartir algunas recomendaciones que pueden ser útiles.
La más importante es esa, involucrar a los hijos en las finanzas familiares. Hablar abiertamente sobre el dinero en casa, sin tabúes, y destinarles tareas financieras como hacer compras, pagar cuentas y/o presupuestar gastos familiares los hará sentir realmente involucrados y parte importante de las decisiones.
Para aprender a manejar el dinero también es importante poder tenerlo y decidir sobre él, así que asignar una mesada o permitirles ganar dinero a través de tareas (como ayudar en el jardín, lavar el coche, o a acomodar la despensa) les enseña a gestionar sus ingresos y a tomar decisiones financieras simples.
Y algo clave sin duda es el ahorro. Animarlos a ahorrar para metas específicas (enseñarles el concepto de metas a corto, mediano y largo plazo), como un juguete o una salida especial. Enséñales cómo el ahorro regular puede hacer crecer su dinero con el tiempo y la satisfacción de cumplir las metas propuestas.
Por supuesto no olvidar que los niños son niños por lo que hacer de estos temas un momento divertido puede ser determinante, ya sea a través de juegos y actividades educativas. Y finalmente, como siempre lo he dicho, nada como modelar comportamientos financieros positivos. Sé un buen modelo a seguir, y muestra a tus hijos cómo manejar responsablemente el dinero, evitando el endeudamiento excesivo y planificando siempre con miras a un buen futuro.