Al entrar al segundo semestre del año, surge una interrogante fundamental: ¿qué aprendimos de nuestros primeros seis meses en el ámbito de nuestras finanzas y cómo podemos mejorarlas? Detenernos para analizar lo que funcionó y lo que no, no es un lujo, sino una necesidad. Porque sin una revisión intencional, seguiremos al azar.
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024 revela que 76.5% de los adultos mexicanos ya cuentan con al menos un producto financiero formal: una cuenta de ahorro, crédito, seguro o Afore. Sin embargo, sólo 65.3% lleva un registro de gastos, y apenas 51.8% separa sistemáticamente el dinero destinado a pagos o deudas del gasto diario. Estas cifras muestran que, aunque el acceso financiero crece, la disciplina y el control siguen siendo el talón de Aquiles.
Partir desde estas brechas nos ayuda a detectar qué nos falta y ajustar lo necesario para fortalecer el control y evitar sorpresas al cierre del año.
Tener un calendario financiero que incluya los presupuestos y gastos mensuales puede ser una herramienta poderosa. Así, al corte del semestre podemos evaluar cómo vamos con nuestras metas anuales de ahorro y/o inversión, si cumplimos con los presupuestos establecidos, si hicimos compras emocionales, o cómo impactaron los gastos imprevistos.
Tener un panorama claro permitirá analizar y reordenar gastos, extinguir tarjetas de crédito o subir la meta de ahorro para lo que resta del año. Todas esas decisiones deben ser suficientemente informadas y partir de un análisis periódico, y no de la improvisación.
Este corte de caja nos puede dar mayor certeza y reforzar lo que funcionó y corregir lo que no, como gastos innecesarios o deudas mal manejadas. Nos debe ayudar a reconducir metas, y a evitar que la inercia económica siga consumiendo recursos sin retorno.
Además, es importante preguntar cuáles fueron las lecciones del primer semestre ¿invertí?, ¿ahorré?, ¿pagué deudas? Quizá las finanzas han sido tan bien manejadas que es momento de dar ese paso a la inversión. O ¿hace cuánto no revisas las condiciones de tus pólizas de seguro vigentes? Quizá necesitan algún ajuste.
Otro aspecto a considerar es que a seis meses tenemos la oportunidad perfecta para comenzar a ahorrar para las vacaciones y/o fiestas de fin de año. Aunque parezca temprano, destinar una pequeña cantidad cada mes puede evitar la presión financiera de última hora y, sobre todo, la carga de deuda.
Por ejemplo, armar desde ahora un fondo destinado a la temporada navideña —en lugar de depender de crédito— sería genial para mantener estabilidad emocional y control financiero. Si consideramos que el promedio de gasto por persona en regalos navideños es aproximadamente de 5 mil 500 pesos, de acuerdo con Kantar, en las 13 quincenas que faltan para Navidad, podríamos ahorrar 423 pesos para tener esa cifra sin contratiempos, ni intereses de por medio.
La reflexión personal, respaldada por datos, no es un ejercicio vacío, es una herramienta de empoderamiento.