Es bien sabido que mantener nuestra salud en las mejores condiciones debe ser prioritario. Por ello, la recomendación siempre serán los chequeos médicos generales para evaluar el estado de salud y prevenir diferentes patologías que puedan estar relacionadas con nuestro estilo de vida, así como a la historia clínica tanto personal como familiar.

Y quizá a veces la subestimamos, pero la salud financiera es parte fundamental para las personas. Ésta se define como el bienestar que se alcanza mediante una buena gestión de la economía personal, familiar o empresarial para hacer frente a imprevistos y conseguir metas vitales y de futuro.

Los problemas de salud, ya sean físicos o mentales, se tienen que atender, preferentemente, de forma preventiva, porque lo curativo puede ser costoso.

Por ello, al igual que checamos la presión arterial, el ritmo cardiaco, la frecuencia respiratoria o la temperatura, existen métricas que permiten chequear la salud financiera.

Oscar Rosado, presidente de la Condusef, señala que la poca salud financiera puede acabar por generar cuadros depresivos y por somatizar el estrés financiero en el cuerpo, convirtiéndose en un problema físico.

Ya comentaba yo en columnas anteriores, que por eso el Inegi está ejecutando la primera encuesta nacional de salud financiera, que medirá el grado de salud y de estrés financiero.

Esta encuesta, cuyos resultados estarán a mediados del año que viene, permitirá saber el grado de estrés financiero de la población, por género, geografía, por nivel de ingreso, entre otros aspectos.

Se han detectado tres causas del estrés financiero: desempleo, ingresos insuficientes y mal manejo del dinero. “Los dos primeros son fallas estructurales del sistema, la tercera es conductual”, dice Rosado.

Por ejemplo, en una encuesta realizada por el sector privado, se mostró que de las personas que tienen ingresos superiores a 100 mil pesos y que pertenecen a empresas top del país, un 25% padece estrés financiero. Esto permite darnos cuenta que no siempre el origen es el desempleo o ingresos insuficientes, sino la administración inadecuada de los recursos, quizá relacionada con la educación financiera.

Como bien comenta el presidente de la Condusef, al ser un tema conductual, la lógica indica seguir los caminos de la salud mental y, así, ubicar el problema, asumirlo y empezar a buscar alternativas. “En algún momento podrían crearse grupos de deudores anónimos”, lo cual no es descabellado, y quizá sí muy necesario. “Cuando tienes un tema conductual ayuda el compartir con otros, la técnica de doble AA”.

El Center for Financial Services Innovation ha identificado ocho indicadores que miden la salud financiera de las personas, haz tu propio Check up e identifica las señales de alerta: gastar menos de lo que se gana; pagar las facturas a tiempo y en su totalidad; tener suficientes ahorros en productos financieros líquidos; poseer suficientes ahorros o activos a largo plazo; tener un nivel de deuda sostenible; contar con un historial crediticio saludable; tener seguros adecuados; y planificar los gastos para el futuro (presupuesto).

La gestión del dinero es una de las principales fuentes de preocupación y estrés en el mundo, tanto como la salud física. Hacer un diagnóstico de bienestar financiero y actuar a tiempo puede ayudarnos a tener tranquilidad y un mejor futuro financiero.

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