Hay hombres que dejan huellas en el paso de las instituciones que crean o en las que participan. Hace poco más de cien años, a siete distinguidos mexicanos que se habían integrado en una Sociedad de Conferencias y Conciertos, y que incidían en la comunidad universitaria de la época en la Ciudad de México, se les conoció como Los Siete Sabios o Generación de 1915.
Su objetivo principal era propagar la cultura entre los estudiantes universitarios. Dicha sociedad se fundó el 5 de septiembre de 1916 y su mote de Los Siete Sabios de México fue impuesto por sus compañeros en relación a los siete sabios de Grecia (Tales de Mileto, Bías de Priene, Pítaco de Mitilene, Cleóbulo de Lindos, Periandro de Corintos, Quilón de Esparta y Solón de Atenas); primero fue en son de burla, pero después por su prestigio y labor en torno a la sociedad.
Entre estos sabios mexicanos encontramos a Manuel Gómez Morín, Alberto Vázquez del Mercado, Antonio Castro Leal, Vicente Lombardo Toledano, Alfonso Caso, Teófilo Olea y Leyva, así como Jesús Moreno Baca, distinguiéndose en las artes, las letras, en su ejercicio profesional y social, además en la construcción de instituciones de distinta índole. Después se agregaron Narciso Bassols, Luis Enrique Erro, Daniel Cosío Villegas, Juvencio Ibarra, Miguel Palacios Macedo y Manuel Toussaint.
Por lo que corresponde a Manuel Gómez Morín, a temprana edad y sin concluir aún sus estudios en Derecho, laboró en el despacho Miguel Alessio Robles. Ya titulado se incorporó al Banco de Londres y México. En 1936 formuló el proyecto de la primer sociedad controladora, conocida como holding, denominada VISA y cuyos orígenes son en Monterrey. Posteriormente se hizo director del Banco Central, hoy Banco de México, y fundó la Escuela Bancaria y Comercial.
Gómez Morín fue nombrado rector de la Universidad Nacional Autónoma de México tras la promulgación de la Ley Orgánica, en 1933. También fue subsecretario de Hacienda y miembro de la Comisión de Organización de lo que hoy es Banobras. Fundó el Partido Acción Nacional en 1939. Falleció en 1972 y ahora sus restos reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres; post mortem, le fue entregada la medalla Belisario Domínguez, que es la máxima presea que otorga el Senado de la República.
Otro sabio fue Alberto Vázquez del Mercado, abogado egresado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Llegó a ser Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y docente. En 1940 fue considerado por la oposición para ocupar la presidencia de México. Falleció en 1980.
Antonio Castro nació en San Luis Potosí y fue abogado, escritor y rector de la Universidad Nacional de Mexico, además obtuvo el doctorado de filosofía en la Universidad Georgetown.
Fue el último rector de la Universidad Nacional de Mexico y su retiro fue coincidente con el otorgamiento de la autonomía universitaria. Se le otorgó el doctorado Honoris Causa. También ocupó diversos cargos administrativos.
Vicente Lombardo Toledano fue doctor en Filosofía y licenciado en Derecho, líder sindical, fundador de la Universidad Obrera de Mexico, así como primer Secretario de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), fundador de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL) y vicepresidente de la Federación Sindical Mundial (FSM). En 1958 fundó el Partido Popular, que después sería el Partido Popular Socialista (PPS), y que perdió su identidad al convertirse en comparsa del partido oficial hasta desaparecer.
Destacado fue también Alfonso Caso, abogado, arqueólogo y antropólogo. A él se debe el descubrimiento de Monte Albán con su magnífica Tumba 7. Escribió varios libros, artículos, reportes, conferencias y literatura.
Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue Teófilo Olea y Leyva, además de legislador del estado de Guerrero, donde logró una iniciativa que fuera aprobada para reducir el salario de gobernador. Miembro de la Asociación Nacional de Geografía y Estadística fue Jesús Moreno Baca, abogado que llegó a ser juez penal y al que le tocó resolver casos populares en los años 20.
Todos ellos fueron hombres de pensamiento y deseos de trascendencia, más allá de una praxis, y hoy se les recuerda como constructores de instituciones.
Por fortuna, la mayoría de los jóvenes sueñan más allá de la praxis perentoria.