Opinión

Los Pinos, ¿museo de la corrupción?

Tatiana Cloutier se preguntó qué pasaría si la cultura del poder se cambiara por el poder de la cultura, y lanzó un video para convertir las 60 hectáreas de la residencia presidencial, durante la campaña de López Obrador.

14/10/2018 |06:01José Sobrevilla |
Redacción Querétaro
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Cada sexenio, a lo largo de su historia, México se ha venido reinventando. A la llegada de Vicente Fox a la residencia oficial de Los Pinos, lo primero que hizo fue transformarla con innumerables arreglos y hasta dieron visitas guiadas en espacios donde sólo el Estado Mayor podía caminar. Iniciando su gestión sonó su primer escándalo: toallas importadas con valor de 400 dólares cada una, cortinas de control remoto de 17 mil dólares, sábanas de 3 mil 500 dólares, la unidad. Eran tiempos de transparencia en gastos, por ello se supo que, en los primeros siete meses, los Fox habían comprado para la residencia presidencial casi 8 millones de pesos en utensilios y gastado en remodelaciones 4 millones 500 mil pesos.

En contraste, durante la campaña de López Obrador, el 30 de marzo, su coordinadora Tatiana Cloutier se preguntó qué pasaría si la cultura del poder se cambiara por el poder de la cultura, y lanzó un video para convertir las 60 hectáreas de la residencia presidencial (56 mil metros cuadrados de construcción, 14 veces más grande que la Casa Blanca) en uno de los complejos culturales más grande del mundo, e invitó a la gente a dar ideas de qué hacer, porque AMLO no viviría en ese lugar, como venía asegurando cuando buscaba el voto —su decisión hizo recordar a Lázaro Cárdenas cuando, al llegar a la presidencia, se rehusaba a vivir en el Castillo de Chapultepec—. “¿Va a cerrar el palacio (de Los Pinos)?”, le preguntaron reporteros a López Obrador el 20 de septiembre. AMLO respondió: “No, yo necesito muy poco espacio, nada más para tener un catre y dónde colgar la hamaca". AMLO indicó que se no mudaría a Los Pinos, sino que viviría en Palacio Nacional, “como hizo el ex presidente Juárez”, cuando Jesús Ernesto, su hijo, termine sexto año de primaria. Antes había considerado rentar una casa cerca de Palacio Nacional.

¿Pero qué obras de arte tienen Los Pinos y qué valor podría tener el museo propuesto por Tatiana? La duda fue desentrañada por la periodista Reyna Paz Avendaño (Crónica/ 2018-09-24) cuando a golpe de solicitudes de información al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) descubrió que el solo terreno vale 767 millones 588 mil 285 pesos y su valor catastral en construcciones es de 886 millones 191 mil 817 pesos; aunque la Presidencia de la República dice que el Palacio Nacional cuesta 191 millones 639 mil 758 pesos y catastralmente mil 183 millones 988 mil 105 pesos.

Cuenta en su interior con 63 invaluables obras de arte: pinturas, tapetes, esculturas, candiles y litografías; donde destacan los óleos Otoño en Guanajuato de José Chávez Morado, Venustiano Carranza de David Alfaro Siqueiros y un José María Morelos y Pavón que data del siglo XIX, firmado por Rodríguez en Querétaro, perteneciente a la Colección Windsor.

Entre otras pinturas, enumera la reportera, está Memorias de Rafael Cauduro, La sangre de Medusa de Gustavo Aceves, Cerro con cruces de Mary Clare Hernández, Óleo con flores, sin autor; y dos cuadros de la Batalla 5 de mayo de A. Vent que datan de 1882. Cocina mexicana, firmado por Ahuatzi; Paisaje de Taxco, de M. Toral; Paisaje mixteco firmado por Tiburcio Ortiz y tres óleos hechos por Icaza: Jinetes amanzando, Manada de caballos y otra sin título.

La colección incluye pinturas de ex presidentes, desde Lázaro Cárdenas hasta Felipe Calderón, así como bustos de Luis Donaldo Colosio, Heberto Castillo, Carlos Castillo Peraza, Manuel Clouthier, Manuel Gómez Morín, Salvador Nava, Daniel Cosío Villegas, José Vasconcelos, Benito Juárez, Gustavo Garmendia y Federico Montes Alanís. También seis candiles, algunos de la primera mitad del siglo XX; cuatro tapetes de Temoaya, distintas dimensiones (el más grande es de 2.20 por 1.50 metros), y una bandera de seda con el escudo nacional bordado. Sigue la incógnita si será museo de la corrupción o cualquier otra obra pública.

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