En México han sido asesinados, desde el 1 de septiembre de 2017 hasta el 31 de agosto de 2018, más de 175 políticos y no menos de 850 han sufrido agresiones; por ello, la consultora Etellekt ha considerado las pasadas elecciones como “las más violentas registradas en la historia de nuestro país” con un total de 48 candidatos y precandidatos asesinados. Pero, ¿por qué están muriendo estos próceres de la vida pública? La empresa que dirige Rubén Salazar destaca que 81% de las agresiones se han dado entre ellos mismos. Esto es, las agresiones que se han propinado han sido principalmente entre opositores a los partidos y coaliciones gobernantes de las 32 entidades.

Los números no engañan. En ese lapso hubo 301 amenazas, 135 agresiones físicas, 67 agresiones con arma de fuego, 65 atentados contra familiares, 39 secuestros, 175 asesinatos, 40 asaltos con violencia y 28 heridos con arma de fuego, solo entre personas de la clase política. “Cada una de las correlaciones ha permitido reconocer el grado de influencia ejercido por los diversos contextos de seguridad (homicidios dolosos), competencia política y pobreza sobre los niveles de violencia política registrados en las 32 entidades del país y en, al menos, 440 municipios de las 24 entidades donde se llevaron a cabo elecciones municipales; todo ello durante el proceso electoral 2017-2018”, destaca el informe.

Así, el 75% de las agresiones contra políticos se concentró en el ámbito municipal y fueron correlacionadas con variables como: la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes, porcentaje de margen de votación entre primero y segundo lugar en elecciones municipales, y margen de población en situación de pobreza. En la primera, señala el resumen ejecutivo, se encontró que la tasa de homicidios dolosos no incide en el crecimiento de las agresiones contra políticos porque hay entidades como Baja California Sur que tiene tasas elevadas de homicidios pero no tiene registros de violencia política.

No obstante, las entidades con más alta concentración de pobreza experimentaron los mayores niveles de violencia contra políticos y candidatos; así, a lo largo de los últimos 12 meses, en los siete informes de Etellekt, la concentración de agresiones y atentados se han dado en las regiones del Pacífico y Centro-Sur del territorio. “Se incorpora también el mapa de violencia política identificando las regiones donde se han presentado los últimos atentados dirigidos a políticos y autoridades electas en la etapa de transición”.

Después del triunfo de Andrés Manuel López Obrador el pasado 1 de julio, 21 políticos han sido asesinados en México informó la consultora Etellekt. “Desde el 2 de julio y hasta el 31 de agosto han ocurrido 63 ataques, de los cuales 21 fueron homicidios dolosos contra políticos; 4 de ellos eran representantes y autoridades recién electas”.

El domingo 23 de septiembre, en Hidalgo del Parral, Chihuahua, fue asesinado Uriel Ulberto Loya Deister, presidente local de la Coparmex.

El alcalde electo del PVEM, Félix Aguilar Caballero, fue asesinado por un grupo armado, en Nopalucan del estado de Puebla, que lo emboscó en la carretera hacia Soltepec al salir de una reunión con el equipo con quien tomaría posesión el próximo 15 de octubre. Hay indicios de que presuntamente se dedicaba al robo de combustible y de trenes, por lo que no descartan que haya sido un ajuste de cuentas. “De acuerdo con testigos de los acontecimientos, los responsables fueron dos hombres, que viajaban en una camioneta de color blanco, dándose a la fuga rumbo al municipio de Acatzingo”, reportaron las autoridades. Este 28 de septiembre fue asesinado en su domicilio (Tlalmanalco, Estado de México) Jesús Javier Ramos Arreola, ingeniero defensor del territorio del Cerro de Tenayo (lugar devastado por la obtención de material para el NAIM). También el empresario y novio de la actriz Sharis Cid, Isaías Gómez, fue asesinado en San Miguel de Allende, Guanajuato el 1 de octubre.

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