Musicalia

En nuestras entregas anteriores hablamos de grandes compositores rusos de los Siglos XIX y XX: Borodin, Mussorgski, Stravinski, y Rachmáninov. Continuamos ahora con Sergéi Prokofiev.

Sergéi Serguéievich Prokófiev nació en Sóntsovka, imperio ruso, ahora Ucrania, en 1891 y falleció en Moscú, en 1953. Fue pianista, compositor y director de orquesta. Fue un niño prodigio; a los 11 años había ya compuesto dos óperas. Su educación musical inicial la recibió de su madre, una pianista altamente educada musicalmente. A los 14 años ingresó en el Conservatorio de San Petersburgo donde rápidamente se hizo de fama de un compositor rebelde, que rompía con las formas previas de la composición dedicándose a la música abstracta y modernista.

Luego de la Revolución Bolchevique, en 1918, partió al extranjero en un periplo que duró 18 años, de los cuales los dos primeros los pasó en Estados Unidos. De ahí viajó a París y luego a Baviera; regresó a París donde se asentó por una larga temporada. Realizó varias giras como pianista por Estados Unidos, Europa y la Unión Soviética. En 1935 regresa a la URSS, en plena era de Stalin.

Hay dos períodos en la música de Prokófiev; en el primero, el pre-revolucionario, compone música muy atrevida, vivaz, a veces sarcástica y brutal. En el segundo, el post-revolucionario ya es más moderado, más convencional, pero manteniendo un fuerte sentido pictórico y dramático. Aunque escribió 10 “piezas oficiales”, encargadas por el Estado, su música fue también criticada por las autoridades en la época de terror de Stalin. En 1948 fue censurado por el Estado: el Politburó condenó la música ‘formalista’, fuera de los parámetros del ‘realidad socialista’, que componían Prokófiev, Shostakóvich y otros rusos, pero 4 años más tarde compondría la Sinfonía n.º 7, por la cual recibió el premio Stalin (1952).

La música de Prokófiev que más le gusta al que esto escribe, y la que recomienda es, desde luego, su bella Sinfonía No. 1 “Clásica”, nombre que él mismo le dio, pues fue compuesta al estilo de Joseph Haydn; su gran Concierto para piano y orquesta No. 3, Op.26; su cantata para orquesta y coros Alexander Nevsky Op.78, compuesta en 1937 como partitura para la película del mismo nombre del director Eisenstein; el bello Ballet Romeo y Julieta, Op.64, quizá la obra más importante de Prokófiev y por la que es más conocido, escrita en 1934 y que representa el gusto soviético por el ballet tradicional y de larga duración.

Compuso un total de 7 sinfonías. Después de la No.1 arriba mencionada la más célebre es su 5ª. sinfonía, compuesta al final de la 2ª. Guerra Mundial y se dice que en su estreno se podía escuchar salvas de artillería. Su último movimiento, allegro, dice su compositor, refleja la victoria soviética en la guerra. Compuso además 8 sonatas para piano; el ballet Cenicienta y una ópera-ballet Compromiso en un monasterio Op.86. Escribió un Concierto para violín muy poco convencional, con 2 movimientos lentos y un Scherzo muy agitado. Dignos de mención son también sus Conciertos No. 1 y 2 para piano y orquesta, Opp. 19 y 63, y  20 miniaturas para piano que llamó Visiones Fugitivas, Op.22, escritas durante los años 1915-17. De sus 11 óperas las que más alcanzaron fama fueron El amor de las tres naranjas, Op. 33 (1919) y Guerra y paz, Op. 91 (1941–52); basado en  la gran novela de León Tolstói.

En 1945 sufre una caída que lo debilitó permanentemente y el 5 de marzo de 1953 fallece de una hemorragia cerebral, el mismo día que Stalin murió.

*Diplomático queretano; diletante de la música clásica. Twitter: @fgcossio

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