El acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación, a la información, a la banda ancha, a la educación democrática, por mencionar algunos derechos humanos reconocidos en nuestra (CPEUM) Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, serían inaccesibles sin un derecho humano previo, que es el acceso a la energía eléctrica.
Así lo reconoció la (SCJN) Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis aislada 2018528 en su décima época, al resolver que es “un presupuesto indispensable para el goce de múltiples derechos fundamentales”. Efectivamente, ¿cómo podría ser viable cada uno de los derechos mencionados sin tener energía eléctrica?
Se analizan por las Ministras y Ministros de la SCJN múltiples controversias y nuestra CPEUM reconoce Derechos Humanos en materia económica, ambiental, social, cultural, relativas a radiodifusión y telecomunicación, etcétera.
El uso de estos derechos depende cada vez más del acceso a la energía eléctrica. Con los avances científicos y tecnológicos, muchos de los bienes y servicios, tanto físicos como digitales, están profundamente relacionados con la energía eléctrica. La energía se utiliza en casi todos los aspectos de la vida diaria, desde la iluminación y la generación de calor y movimiento, hasta el procesamiento de datos y las telecomunicaciones.
De acuerdo con la (ENCEVI) Encuesta Nacional sobre Consumo de Energéticos en Viviendas Particulares de 2018 “El 99.67% de las viviendas mexicanas tenía acceso a electricidad en 2020, un aumento significativo desde 1990.”, el cual en definitiva es un porcentaje alto, pero conforme a (IMCO) Instituto Mexicano para la Competitividad “36.7% de los hogares mexicanos viven en pobreza energética, es decir, no tienen suficiente energía para mejorar en su vida o no tienen energía en absoluto...” (https://imco.org.mx/hablemos-sobre-pobreza-energetica/)
Estamos cerca del reconocimiento al Derecho Humano a la energía eléctrica y el porcentaje de hogares con acceso a la misma es alto, pero se requiere que la energía sea suficiente para cubrir las necesidades de cada hogar y cada persona que en ella habita, una tarea pendiente en materia de reconocimiento de derechos humanos.
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