A todos nos cuesta ganarnos la vida con el trabajo diario, nuestras pasiones nos hacen levantarnos con toda la emoción y fuerza para empezar bien con un ¡Buenos Días! Esta vez pongámonos en el lugar de un hombre que su vida gira entorno a un animal el cual se alista durante cuatro años para lucir su porte, su estética, su belleza y bravura a la hora de la reunión final. Los dos se juegan la vida, solos, sin más que sus habilidades e instintos de sobrevivir.
La vida del torero pareciera simple y feliz pues como ya hemos comentado los toreros ganan bien, viven bien y sobre todo hacen lo que les gusta y para lo que sin estudiar se ganarán la vida. El problema es cuando las cosas no se dan o cuando se deciden cortar la coleta, es ahí donde para muchos la vida ha terminado con una estocada en buen sitio.
Muchos toreros nacen en familias con recursos para poyar la profesión que el niño o joven quiera, pero otros tantos no tienen tal suerte, y se tiene que sobreponer a cornadas que dicen son las menos dolorosas, las cornadas que más duelen son las de no tener para comer y sin embargo seguir buscando el sueño de ser figura del toreo.
Y es aquí donde la vida de toreo cobra sentido, el pararse una tarde frente a dos bureles de 500 kilos cada uno con la mente puesta en cuajar una buena tanda y expresar sus sentimientos para de esta manera abrir la siguiente tarde y asegurar el pan de cada día. ¿Suena fácil no? Pero qué pasaría si aburre, si el toro no coopera, si existe la cornada o simplemente pasa de noche.
Si aburre, seguramente no le repetirán en ese coso pues a nadie nos gusta que nos aburran. Si el toro no coopera, seguramente le darán una oportunidad más. Si existe la cornada pasarán varias semanas sin poder moverse, lo que generaría un bajón en su carrera y no estar generando más ganancia. De esta manera la importancia de vestirse de torero es básicamente como una religión, la cual merece respeto, constancia, valentía y sobre todo mucho amor por lo que se hace.
Existen toreros que no se sobreponen a no tener éxito, que tienen que tocar fondo en el rincón del olvido, sin que nadie se acuerde de ellos. Pero esa misma fuerza los hace levantarse y mirar hacia enfrente y salir de depresiones, adicciones para resurgir y volver hacer sentir al público que paga su boleto
Desde aquí siempre mi reconocimiento y admiración a todo aquel que se vista de luces y salga a jugarse la vida por hacernos vibrar con sentimientos tan puros como los da la vida misma.
Vuelven los toros a Juriquilla
Rápidamente permítanme hacer mención del cartel recién anunciado para Provincia Juriquilla el próximo 30 de abril a las 6 de la tarde, donde partirán plaza los experimentados que algunas vez fueron niños toreros, Joselito Adame, Octavio García “El Payo” y Andrés Roca Rey, con toros de Fernando de la Mora, un cartel rematado con jóvenes que pondrán como siempre todo para seguir acercando a los niños a la fiesta más linda del mundo, la de los toros.
Me despido con esta frase del torero Ignacio Garibay que resume la vida de un torero y su miedo de saber que puede no volver a casa a disfrutar de su familia.
“El torero es la vida resumida en dos horas”