Opinión

La inexorable revancha de la naturaleza

Las prioridades en materia de seguridad no se determinan de acuerdo con el número de muertos, sino de los intereses políticos.

22/09/2018 |04:02Walter Astié-Burgos |
Redacción Querétaro
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Recientemente EL UNIVERSAL nos recordó que, hace 100 años, ocurrió la pandemia más devastadora de la historia: la influenza española que, de acuerdo con la OMS, mató a más de 100 millones de personas entre 1918 y 1919. Las condiciones creadas por la cruenta Primera Guerra Mundial provocaron que tuviera dispersión y letalidad nunca vistas. Aunque no ha vuelto a ocurrir una catástrofe similar, sí se registran pandemias cíclicas: malaria, dengue, cólera, difteria, fiebre amarilla, VIH-SIDA, Zika, Ébola, gripe aviar y porcina (como la AH1N1 que afectó a México en 2009), etc. Una de sus causas es el cambio climático: la OMS señala que fomenta la propagación de enfermedades transmisibles, prolonga la temporada de transmisión y amplía su distribución geográfica. El Global Health Forum añade que, como dicho calentamiento se traduce en enfermedades, hambrunas y desastres naturales, se afecta a 325 millones de personas, de las cuales mueren más de 300 mil cada año.

George Bush hijo protegió a las poderosas corporaciones que más contaminan (petroleras, gaseras, carboníferas, eléctricas, automovilísticas, industriales, etc.) argumentando que no hay pruebas científicas de que el aumento de la temperatura sea causado por el hombre, y escogió como enemigo sustituto al terrorismo. En ese año solo murieron alrededor de 3 mil estadounidenses a manos terroristas, pero en cambio fallecieron 14 mil por SIDA; 20 mil por armas de fuego; 30 mil por suicidio y 700 mil por afecciones cardiacas. Las prioridades en materia de seguridad no se determinan de acuerdo con el número de muertos, sino de los intereses políticos.

Donald Trump califica al calentamiento global como fake news o vil hoax (engaño), por lo que sacó a EU del Acuerdo de París de 2015, eliminó regulaciones que protegían al medio ambiente, prácticamente desmanteló e inutilizó a la Environmental Protection Agency (EPA) y dio rienda suelta al capitalismo depredador de la naturaleza.

Bush fue brutalmente desmentida por el huracán Katrina que devastó Nueva Orleans en 2005. El huracán María que arrasó Puerto Rico en 2007 mostró a Trump que no se trata de fake news, pero minimizó el problema responsabilizando a los demócratas (¿?) de exagerar los daños. Ahora enfrenta a Florence no culpará de sus estragos en Carolina del Norte y del Sur al alterado clima, sino a los demócratas, a los migrantes, a los aliados europeos, a los mexicanos o a los extraterrestres.

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