El día de hoy quiero abordar un tema por demás interesante y que nos presenta nuevos desafíos a todos: filantropía en nuestro amado México.
Primero, haremos eco de un sabio proverbio asiático que versa: Cuando comienza a soplar el viento, algunos corren a esconderse, mientras que otros construyen molinos de viento. ¿Acaso les dice algo? Dice todo acerca de tomar la valentía en nuestras manos cuando se trata de apoyar una causa necesaria y ¿por qué no? justa como lo puede ser la lucha contra el analfabetismo, las enfermedades crónico degenerativas, la deserción escolar de niños y jóvenes, la discapacidad, etcétera, entre tantos otros problemas con disfraz de monstruo de siete cabezas que amenazan opacar la felicidad y el progreso de la sociedad.
El mero deseo de llevar esta ayuda a cabo a favor del más vulnerable parte de la filantropía, la cual recordemos que nos remite a su significado: Amor al ser humano, cuyo antónimo, es la palabra misantropía, es decir, una aversión al género humano.
Ahora bien, el sector no lucrativo que constituye una esfera de la filantropía se define como el conjunto de las organizaciones de la sociedad civil que atienden necesidades específicas y tienen las siguientes características:
a) Atienden necesidades sociales trabajando en favor del bien común.
b) Están institucionalizadas, pues cuentan con una personalidad jurídica.
c) Son privadas e institucionalmente están separadas del gobierno. No pertenecen al aparato gubernamental y su consejo directivo no está dictaminado ni dominado por funcionarios de gobierno.
d) No lucrativas, pueden acumular un superávit, pero el cual no es distribuible entre sus asociados sino para destinarlo a las necesidades de la población que atienden.
e) Autogobernables, no reciben mandato de entidades externas, se rigen bajo sus propios principios.
f) Trabajo voluntario, convocan la participación de voluntarios ya sea a nivel de consejo y/o de staff.
Otra referencia que es de gran ayuda para tener una aproximación a este interesante tema es visitar, por la vía virtual, la biblioteca del Foundation Center, con sede en New York City, y que es un baluarte a nivel mundial en el tema de la filantropía.
Concluyo entonces con una reflexión que invita a tomar cartas en este asunto y sumarnos a fundaciones y quizá instalar la nuestra para mejorar nuestro entorno: Un camino, si no lo andas, nunca llegas; un terreno, si nunca lo cultivas, jamás da frutos; un negocio, si no lo atiendes, nunca prospera. Un hombre si nunca se educa, nunca prospera. Un trabajo si nunca lo empiezas, jamás lo sabes. Un libro si no lo aplicas jamás lo entiendes. Si anhelas el bienestar de México, empieza y se constante.