Opinión

La Casa Otomí. Círculo de integración familiar, I.A.P. Yospí Amealco

En el recinto estos representantes de la infancia otomí, reciben su desayuno diario nutricional.

27/05/2017 |07:08Ángeles Ochoa |
Redacción Querétaro
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“Usted ha alcanzado el éxito en su campo, cuando no sabe si lo que está haciendo es trabajar o jugar”. Warren Beatty. (Richmond, Virginia, 30 de marzo de 1937). Actor, productor, guionista y director de cine estadounidense.

Un nuevo sábado en que esta vida a la que le agradezco tantas bendiciones, me brinda la oportunidad de saludarlos, principalmente deseándoles los mejores parabienes y por supuesto, invitándoles a que se den, apreciables seguidores, la oportunidad de obsequiarse de cinco a diez minutos para leer esta columna amena, informativa, incluyente y sobre todo, objetiva. Y en efecto, forja su objetividad, en que les vengo a compartir de una causa que deberá ser escuchada, atendida y animada por más personas.

Cuando me acerqué a los directivos de la Casa Otomí, con el objetivo de brindarles un donativo de ropa, siendo mi más elevada meta el que ellos la entregaran a los habitantes del municipio de Amealco, comencé a enterarme más y más de la muy loable actividad que su patronato efectúa en beneficio de los otomíes.

Por ello, me remonto a sus orígenes, los cuales encuentran piedra angular en el año de 1990, momento en que se congregaron varios profesionistas con anhelos de ayudar al próximo, siendo para ese entonces su figura jurídica una asociación civil. El tiempo transcurrió y ya para el año 1998, conservando su mismo nombre, sólo mudó su figura legal como institución de Asistencia Privada.

Y qué les puedo decir, como en toda región en vías de desarrollo, nos agrade o no, no es de omitirse que nos tengamos que —algún día yendo de paseo o por otras razones— enfrentar con la grave problemática social, cultural y económica que prevalece en mencionados sitios. Es así como los miembros y voluntarios del Círculo de Integración Familiar detectaron esta situación.

Haciendo gala de su valentía, compromiso y audacia, sus dirigentes decidieron emprender para el año 2002 la construcción del centro comunitario “La Casa Otomí”, la cual se ubica en la zona indígena de Amealco.

A partir de entonces a la fecha, quienes se encuentran al frente de esta institución han buscado que sea un espacio que acoja y sirva de punto de reunión. Entre sus instalaciones, cuenta con aula para niños pequeños, cunero, casa habitación para los promotores en la zona, salón de cómputo, auditorio de usos múltiples con capacidad para 200 personas, baños con regaderas, así como una amplia zona de juegos infantiles.

No es tema de menor envergadura, platicarles, amigos lectores, que aproximadamente 120 niños y niñas se dan cita en la “Casa otomí”, la cual como un puente de comunicación y ayuda entre la población, la institución puede suplir algunas de sus necesidades en cuanto a salud, educación y por supuesto, alimentación. He de también no omitir un dato importante, pues en el recinto estos representantes de la infancia otomí, reciben su desayuno diario nutricional. Y por un enorme plus, es que ellos visitan la casa todos los sábados para recibir clases de cantos, historia bíblica, dinámicas, juegos, computación, manualidades, deportes y valores.

Entre semana, tienen derecho a usar las computadoras, ver películas, jugar futbol, hacer uso de las bicicletas o encontrar un sano esparcimiento.

Siempre he mencionado que ese tan soñado “primer mundo”, al que todo habitante quiere pertenecer, se logrará no cuando la punta de la pirámide socioeconómica se inflame de más ricos, (que bueno, me da gusto que así sea), pero la verdadera transformación positiva, se mide cuando los índices de marginación, pobreza, falta de instrucción, valores cívicos e identidad se reducen dramáticamente). Y es gracias a personas reales, de carne y hueso, comprometidas, conscientes y realistas, que deciden, además de sus actividades habituales, encarar la noble tarea de servir a quien más lo necesita, en este caso, la región de Yospí, Amealco.

Por ello, es un escalón para conseguir el triunfo de este país, el que más personas se sumen como voluntarios; pueden ser estudiantes, amas de casa, pensionados. Aquí lo que es valioso es la aportación que de forma libre y voluntaria que cada persona esté dispuesta a brindar.

Aprovecho este importante espacio para proporcionarles los datos bancarios así como medios de contacto con este patronato. ¡Tu ayuda llega de verdad y marca la diferencia!
Nombre: Círculo de Formación Familiar, I.A.P. Banorte. Cuenta: 14244845. CLABE: 072680000142448457

Y puede usted contactarse con el Ing. Eduardo Paulín: al celular 442 1439 798 y también con la Sra. Claudia Romero de Paulín al 442 2845 846.

Ya saben, como es habitual en mí, su amiga, me despido como cada sábado con mi “¡hasta siempre, me voy a ser feliz, haga usted lo propio!”. ¡No dejen de apoyar esta causa! ¡Los espero dentro de ocho días en que la magia de la rotativa y los medios digitales nos vuelvan a reunir!

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