La reaparición de Ébola en el Congo, nos recuerda que las epidemias/pandemias de enfermedades infeccioso-contagiosas, son una de las “nuevas amenazas” a la seguridad internacional, que igualmente afectan la seguridad nacional. Existen desde siempre: lo novedoso es su poder de aniquilación que, como es semejante al de las armas nucleares, son consideradas “la madre de todas las amenazas.”
La pandemia más devastadora de la historia fue la llamada “influenza española”, que mató entre 50 y 100 millones de personas de 1918 a 1919. Desde entonces se teme otro brote pandémico más letal, pues se han creado las condiciones para ello. El crecimiento poblacional y las aglomeraciones urbanas, el movimiento de personas y bienes en un mundo globalizado, la pobreza, las migraciones, los conflictos bélicos, el deterioro del medio ambiente, etc. han forjado el caldo de cultivo propicio para pandemias de todo tipo. Las principales instituciones que cotidianamente monitorean su aparición son la OMS y el CDC de Atlanta, que han coordinado los esfuerzos internacionales para contener epidemias/pandemias. La OMS divide al planeta en seis regiones sanitarias, e igualmente establece seis etapas de peligrosidad pandémica. Cuando el agente patógeno (microbio, virus, bacteria, hongo, arquea, etc.) ya se contagia de humano a humano, se está en la inquietante fase 4. Cuando esa forma de contagio se registra en dos países de una misma región sanitaria, se está en la muy preocupante fase 5. La sexta es cuando ese tipo de transmisión se traslada a otra zona sanitaria, iniciándose una pandemia global.
Ningún país está exento de éste peligroso fenómeno exacerbado por la globalización. La OMS concluyó que la mutación era muy peligrosa, que en el país podrían fallecer millones de personas, y que era capaz de transformarse en pandemia mundial.
Las que tienen mayor potencial destructivo son las pandemias y el calentamiento global. Para los políticos resulta más redituable electoralmente priorizar otras amenazas de menor envergadura como el terrorismo, los migrantes, los comunistas, los conservadores, el imperialismo capitalista, el neoliberalismo, etc. No obstante, probablemente confrontaremos otra catástrofe como la de 1918-1919. Desgraciadamente nos tomará desprevenidos e impreparados, porque el circo político-mediático nos distrae de los verdaderos problemas de nuestro tiempo.