Kristel González

Rojo maya

El rojo representa la fuerza, los rayos solares que calientan y rechazan la oscuridad, así como la sangre que circula en el cuerpo humano

Los mayas fueron la civilización del conjunto de pueblos precolombinos que gobernaron Mesoamérica durante 18 siglos, desde la Época Preclásica (2000 a.C. – 250 d. C.) del continente, hasta la Época Posclásica (900-1527 d. C.), cuando se produjo la Conquista de América. Fue una de las más destacadas en América. Su legado cultural es asombroso. Por ejemplo, inventaron el único sistema completo de escritura y desarrollaron un conocimiento propio en materia artística y científica.

El mundo de los colores mayas tenia una extensa paleta de tonalidades, entre los que abundaban los rojos, amarillos y verdes con sus respectivas versiones oscuras y claras ampliando de forma interesante la paleta de color que usaban. El rojo representa la fuerza, los rayos solares que calientan y rechazan la oscuridad así como la que circula en el cuerpo humano. Es la idea, camino que alumbra, su significado es el sol, sangre, fuego, es el maíz rojo. Pero representa en su máximo resplandor la salida del sol, el amanecer.

En la época prehispánica ya existían algunos tintes y pigmentos como el cinabrio, la hematita y la cochinilla eran los principales los tintes rojos obtenidos de plantas. Los mayas también usaban el palo de Campeche, el achiote y el palo de Brasil, los cuales se utilizaban principalmente para teñir textiles y decorar el cuerpo. Además de los tintes y pigmentos que se obtenían de minerales y plantas, se recurría a otros elementos para atribuir los significados inherentes al rojo a atavíos y objetos, entre ellos plumas, conchas y piedras preciosas.

Para referirse al color, los nahuas utilizaban la palabra tlapalli, sin embargo, el mismo término, dependiendo del contexto, indica que algo es rojo. Esto muestra la importancia que éste tenía pues hay que recordar que a fin de cuentas es el color del fluido vital, la sangre.

En combinación con otros colores el rojo podía adquirir significados específicos, por ejemplo, con amarillo simbolizaba al dios del fuego. Otros casos son los difrasismos nahuas como in tlilli in tlapalli, “la tinta negra-la tinta roja” –es decir, la escritura–, y Tlillan Tlapallan, “la región negra y roja”, lugar de la sabiduría situado al oriente, donde fue a morir Quetzalcóatl.

El término en náhuatl para referirse al rojo era tlatlauhqui. Era un vocablo relacionado con el calor y el fuego, y por lo tanto con la cocción y la luz. Se asociaba con el fuego, el calor, el Sol y la guerra. Hay que considerar que el Sol, desde su nacimiento por la mañana hasta su desaparición en el oeste, va adquiriendo tonalidades que incluyen amarillos, naranjas y rojos. La asociación del rojo con el calor se muestra en las características atribuidas a la apariencia de Xiuhtecuhtli, dios del fuego, en las que el color rojo, sobre su rostro, denota su calidad de deidad de fuego.

Las tierras donde los mayas vivían fueron ricas en hierro que favoreció en la creación de tierras arcillas de tonalidades rojas, en la creación de yacimientos minerales como la hematita. La hematita fue el mineral principal para la preparación del color rojo maya. Como sucedía con otros colores elaborados bajo la técnica que dessarrollaron los mayas, se extraía primero una base de pigmento vegetal que se molía y se ponía a secar al sol para formar los primeros bloques de color, después se molia con una mezcla de ceras y arcillas para volverlo muy brillante y estable y se cocinaban a altas temperaturas para volverlo mas estable y duradero al paso del tiempo.

El descubrimiento de este pigmento al igual del inicio para investigar el proceso de creación fue debido a un acontecimiento en una de las pirámides de Palenque en Chiapas, donde se encontró una cámara mortuoria recubierta de una pasta de color rojo, que era una mezcla de polvo de cinabrio y arcillas rojizas mezclada con ceras haciendo que las paredes, el techo, incluso los restos óseos estuvieran intactos y encapsulados. Este descubrimiento se trataba de una mujer de entre 60 y 70 años que formaba parte de la nobleza maya, que sería bautizada como la Reina Roja.

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