El rojo tuvo una gran importancia en la simbología y cosmovisión de los antiguos mayas, ya que representaba el nacimiento del sol en el este, la vitalidad, la sangre, el fuego. Este color se ve en toda la zona maya presente en murales, arquitectura e incluso en objetos de uso cotidiano pero más aún entre los entierros de gobernantes localizados en Calakmul y Tikal, así como en Oxkintok y Yaxuláh y en las regiones del Petén.

Según el Cordemex, la palabra “Chak” tiene varios significados. Puede ser apellido y como tal significar "rojo, grande, fuerte, aguacero". También significa "cosa colorada", En composición con otras palabras significa "muy, mucho o muy bien", y al mismo tiempo "gran cosa o hazaña" y también "cosa grave y de mucha importancia". La palabra chak en composición con otras designa los estados de ánimo como la ira o la cólera, enojarse; pero su principal uso es para designarle nombre al color rojo.

Fray Francisco Ximenez indica en sus primeros escritos sobre la cultura maya que el significado de la palabra Chak tiene significados que varían desde el fuego, bello, grandeza, majestuosidad o lujoso. En el escrito maya “Haiyococab” donde se descubren ciertos aspectos de la mitología maya se encuentran unos pequeños versos sobre los colores donde se lee:

Rojo es el color de la energía y del valor; porque roja es la sangre de la madre y roja también, la sangre del guerrero.

La “Reina roja” descubierta en Palenque destaca por el uso del cinabrio en abundancia, el cual es muy difícil localizar en la región, ya que su cámara mortuoria fue descubierta pintada enteramente de este pigmento. Los mayas incluyeron pigmentos rojos en los rituales póstumos que asegurarían la vida siguiente en el proceso de vida del fallecido.

No todo el territorio maya tenía el suelo apto para favorecer la formación del cinabrio y por esta razón se le empezó a atribuir un poder y un brillo simbólico dentro de la sociedad maya, que al igual que el azul y verde maya fueron escalando en la sociedad hasta posicionarse como un color de Reyes o gobernantes

Se ha descubierto, mediante algunos estudios arqueológicos que los pigmentos eran elaborados a partir del óxido ferroso o hematita y el cinabrio pudieron admitir agregados de carbonato de calcio, arcillas y cuarzo para contar con materiales aglutinantes y fijados con envoltorios salinos. La elevada proporción de sal que aparece asociada a los pigmentos con los que fueron recubierta las osamentas de algunos de los individuos que han sido hallados en tumbas sugieren que su uso pudo ser intencionado como parte del tratamiento que se aplicó a estos cuerpos para favorecer mejor su conservación tal como los egipcios momificaban a sus emperadores.

El uso más temprano del cinabrio en la sociedad maya se estima que fue en Bonampak a mediados del Clásico Tardío, principalmente popular en las pinturas murales. Años más tarde en el 695 d.C. Se pintó la tumba del rey de Calakmul, conocido como Garra de Jaguar donde todo se revistió de cinabrio, desde la vestimenta funeraria del gobernante hasta las posesiones que acompañarían al rey en su viaje al inframundo.

Se exigía la importación a otras zonas fuera del territorio maya para fines pictóricos y ceremoniales; esto debido a la escasez de cinabrio en otras regiones de Mesoamérica, lo que indica que su uso se fuera limitando al uso solo en jerarquías sociales altas. Los artesanos mayas encargados de preparar este pigmento utilizaban un procedimiento similar a los procesos europeos o asiáticos, sin embargo le añadían una cantidad de azufre a la mezcla al momento de estar a fuego dando como resultado un color más estable y brillante, creando así un bermellón más intenso y duradero que el europeo.

Google News