Los desafíos que tienen las universidades son diversos y están interrelacionados, uno de ellos se señaló en el artículo anterior, se refirió a la importancia de que entre los diversos atributos que debe tener el personal académico, está el de disponer del grado de doctor, para realizar cabalmente docencia e investigación. La labor académica requiere disponer de la infraestructura adecuada.
La universidad tiene la misión de impartir educación superior de calidad y contribuir al avance del conocimiento a través de la investigación en ciencia, tecnología e innovación, para impulsar el desarrollo regional, nacional y del mundo; la formación de capital humano es fundamental para el progreso de todas las naciones, es una inversión en la inteligencia entrenada.
La educación de calidad es esencial para la creación de oportunidades y para favorecer la movilidad socio económica, por lo cual las universidades tienen el reto de ofrecer alternativas profesionales pertinentes, en el nivel técnico superior, licenciatura y posgrados (especialidades, maestrías y doctorados), considerando los estándares internacionales y el mundo competitivo en el que nos encontramos.
Las universidades, por su naturaleza, se dirigen con visión de futuro, procurando indagar sobre los posibles cambios venideros, analizando el pasado y el presente, así como la probable evolución; el cuestionamiento y espíritu crítico son característicos del ambiente universitario.
El quehacer de las universidades, para llevarse a cabo con plenitud, requiere un ambiente de libertad, no favorece el dogmatismo ni la imposición ideológica. Por su naturaleza y vitalidad, es normal que en la comunidad universitaria exista la convivencia entre personas que piensan diferente, en lo político y en lo económico, pero se logra conciliar la diversidad en propósitos compartidos.
Como lo he citado en este espacio de opinión y especialmente en mi campo de conocimiento, las teorías existentes se ven como marco de referencia, no como logros definitivos.
Las universidades contribuyen en mejorar las condiciones socio económicas de la población, por medio de la educación que imparten, para que mediante el trabajo profesional y el esfuerzo se mejore su calidad de vida, la de su familia, comunidad y del país en general; este es uno de los retos que han de procurarse.
Las universidades, sobre todo las autónomas en México y las públicas en general, en su esquema de admisión y permanencia de estudiantes, tienen el enorme compromiso de aplicar criterios de tipo académico, los cuales consideran exámenes de admisión, los cuales evalúan conocimientos y aptitudes.
La pandemia por el Covid-19 generó en las universidades y en todo el sector educativo, el reto de poder ofrecer educación no presencial, en lo cual se dieron cambios acelerados para aprovechar el Internet, equipos de cómputo y telefonía celular, aplicando las tecnologías de educación a distancia. De manera semejante, en el ámbito laboral y comercial, se implementaron ajustes de forma acelerada. Esto mismo ocurrió en todo el mundo.
En países avanzados fue más accesible disponer del equipamiento necesario, sin embargo, para todos existieron serias afectaciones. (Continuará)