Entre los retos que se tienen en nuestro estado, se debe insistir en el tema del agua, porque es un asunto toral para el mundo, dada la creciente contaminación del agua provocada por la actividad humana, tanto en las aguas superficiales (ríos y lagos), como en las subterráneas (acuíferos). Asimismo, el agua del mar, la de mayor cuantía en el planeta, presenta importante contaminación.

El volumen aproximado de agua en el Planeta es de 1,400 millones de km3 y el 97% de esa cantidad es el agua marina y el 3% es agua dulce. Del agua dulce, el 79% es nieve y hielo, así como el 1% es agua líquida de superficie y el 20% es agua freática o subterránea (agua que se encuentra debajo de la superficie del suelo).

Mientras que en el pasado la contaminación del agua subterránea se debía principalmente a agentes microbianos, actualmente la contaminación química es igual o más importante, desde el punto de vista de sus efectos en la salud humana y el medio ambiente.

Del agua contaminada, gran parte no recibe tratamiento y frecuentemente es usada para el riego de cultivos, pudiendo seguir los contaminantes toda la cadena alimenticia. El agua de desecho utilizada para riego causa problemas en los suelos y en las plantas y provoca mutaciones en el material genético de organismos vivos. El Centro de Estudios Académicos Sobre Contaminación Ambiental (CEACA) de la UAQ, fundado en 1981, ha realizado durante décadas investigación de la contaminación del agua en Querétaro.

Es necesario puntualizar, que a pesar de que el agua reciba tratamiento, difícilmente se logra la calidad de agua potabilizada, que sea un recurso seguro y apto para el consumo humano, sin contaminantes y microorganismos nocivos.

En diversas conferencias impartidas por quien aquí escribe, se ha señalado que tal vez la principal problemática que se tiene reside en la ignorancia y la indiferencia; luego es preciso destacar que la desinformación es fuente de apatía e indiferencia; finalmente, la gestión pública es el elemento que potencia la participación libre y civilizada de la comunidad en la determinación del rumbo del espacio donde vive, trabaja y convive.

He observado que la mayor parte de la población queretana y en todo el país, se ignora la dimensión del problema que se vive y que hace peligrar el buen futuro de nuestra propia generación y de las venideras, porque la tendencia que estamos provocando es el deterioro y escasez de nuestro recurso vital, el agua. Persiste el agotamiento gradual de nuestras aguas subterráneas; asimismo, crece la contaminación de las aguas superficiales y las del subsuelo.

Debe promoverse la gestión pública como la fuente por excelencia de la relación del poder público con la población, y forjar una cultura del agua fundada en la escasez y no en la abundancia.

Se requiere contar con información oportuna y veraz que con bases técnicas y científicas nos muestre la realidad de los recursos naturales de la ZMQ y de su entorno, así como del estado.

Las reservas de agua dulce representan un legado común, un patrimonio público y un derecho humano fundamental, y, por eso mismo, una responsabilidad colectiva (Oro azul, 2004, Maude Barlow y Tony Clarke. Edit. Paidos).

—Continuará—

Ex Rector de la UAQ

zepeda@uaq.mx

jalfredozg@yahoo.com.mx

Google News