La comunidad universitaria tiene la gran responsabilidad de cuidar a su institución, estudiantes, profesores y el personal administrativo; asimismo, sus egresados, el gobierno y la sociedad en general, cada quien desde sus ámbitos de competencia.
Entre los grandes retos que se tienen en favor de la universidad, está el de garantizar las condiciones que le permitan cumplir con la misión que tiene encomendada, que sus funciones sustantivas (investigación, docencia y extensión) no se vean obstaculizadas por ningún motivo.
Este artículo corresponde al último de esta serie sobre las mejores universidades, si bien es cierto que el tema no dejará de tratarse posteriormente, en momentos diversos. De hecho, han sido varias decenas de artículos en esta sección de opinión, y desde hace años, los que han abordado asuntos relativos a las universidades, principalmente sobre la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Sin lugar a duda, la UAQ es una institución superior cuyo origen más remoto se encuentra en el año 1625, con la creación del Colegio de San Ignacio de Loyola, cuyo prestigio y presencia han sido crecientes en Querétaro, a nivel nacional e internacional.
Muchos profesores de la UAQ han recibido distinciones estatales, nacionales e internacionales por su labor docente y por los resultados de la investigación que realizan; también los estudiantes han sido galardonados por su desempeño académico.
La mayoría de los programas de licenciatura y de posgrado que se imparten en la UAQ han sido acreditados y certificados por organismos nacionales y varios han alcanzado el reconocimiento internacional. Entre estos programas destacan los que ofrece la Facultad de Ingeniería, que han recibido la acreditación ABET (Accreditation Board for Engineering and Technology) de los Estados Unidos, lo que garantiza que sus programas en ciencia, tecnología, computación e ingeniería cumplen con los estándares de calidad de la profesión para la cual esos programas preparan a los graduados.
Con la acreditación ABET, los estudiantes, los empleadores y la sociedad a la que servimos pueden estar seguros de que un programa cumple con los estándares de calidad que producen graduados preparados para ingresar a una fuerza laboral global. Los evaluadores son expertos de la academia, industria y del gobierno, dedicados a contribuir en sus profesiones.
El reconocimiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) a los programas de posgrado que ofrece la UAQ, constituye prueba fehaciente del avance que ha tenido la investigación que se realiza y del alto nivel académico que distingue a los profesores, estudiantes y por tanto a los egresados en las diversas áreas del conocimiento que ofrece nuestra Alma Mater.
La sociedad en general y el gobierno, en Querétaro y en el país, no deben dudar en brindar todo el apoyo a su alcance para contribuir en la construcción de mejores universidades, con la certeza de que siempre será una de las mejores inversiones que pueden hacer para elevar en nivel de vida de toda la población y para el desarrollo, brindando más y mejores oportunidades para todos; las naciones más avanzadas así lo han hecho.