Considerando los suelos expansivos que se tienen en Querétaro, principalmente en el valle de la ZMQ, así como en muchas otras regiones del país y del mundo, pueden agregarse más opciones para la cimentación de viviendas y otros tipos de construcciones cuya descarga de presión al subsuelo sea relativamente ligera. Esto puede ser el caso de plazas comerciales, naves industriales, bodegas y pavimentos, entre otras. Cuando el suelo expansivo se hidrata, es capaz de ejercer presiones verticales (presión de expansión) de más de 10 ton/m2; puede levantar con facilidad una vivienda típica de uno o dos niveles, provocándole daños estructurales. Una vivienda típica de un solo nivel descarga al subsuelo una presión promedio del orden 1 ton/m2, por lo cual, al estar cimentada sobre un suelo expansivo, resulta muy vulnerable a la expansión que ocurre cuando aumenta la humedad en el suelo, ya sea a causa de la infiltración del agua de lluvia, riego de jardines, inundaciones o el sólo hecho de impedir la evaporación de la humedad del suelo en el predio, por la construcción que se coloca sobre él. Existe el efecto inverso, es decir, la deshidratación del suelo que ocurre en la temporada de estiaje, lo que puede causar asentamientos y daños en las construcciones.
Una alternativa de cimentación de viviendas en terrenos con presencia de suelos expansivos, además de las presentadas en el artículo anterior, se refiere a diseñar cimentaciones tipo palafito (pilotes cortos), que es el caso de la realizada hace casi treinta años en el fraccionamiento Insurgentes de esta ciudad de Querétaro, con resultados satisfactorios. También es factible diseñar cimentaciones mediante el estudio de la interacción suelo expansivo–estructura, puede ser el caso de losas de cimentación y técnicas constructivas que conduzcan a cimentaciones que aseguren la funcionalidad de la obra, estrictamente, así lo indican los reglamentos de construcción del Estado y del propio municipio de Querétaro; siempre deberán realizarse los estudios necesarios para llevar a cabo las edificaciones, así como el análisis de la interacción suelo-estructura (por cierto, no siempre se tendrán suelos expansivos). Es oportuno subrayar la obligación de llevar a cabo el estudio de mecánica de suelos previamente a cualquier obra de construcción, pública o privada; es responsabilidad de los ingenieros civiles y arquitectos, así como de las autoridades gubernamentales que deberán vigilar su cumplimiento.
En la ZMQ existen otras condiciones del subsuelo, se tienen laderas con materiales inestables cuyo suelo se muestra heterogéneo, con arcilla (expansiva), arena, grava y rocas, lo que ha sido causa de daños en viviendas, pavimentos y otro tipo de edificaciones, como es el caso del fraccionamiento Tejeda.
La ciudad de Querétaro se encuentra sobre una fosa tectónica que fue rellenada por materiales volcánicos y aluviones. La capa más superficial corresponde a los depósitos lacustres (arcilla expansiva), sin embargo se tienen elevaciones de roca volcánica sobre el valle, por ejemplo el Cerro de las Campanas.
En la traza de las fallas geológicas que dieron lugar a la fosa, se presentan laderas (terreno natural inclinado) formadas por depósitos de talud, es el caso de El Tángano, hacia arriba de donde se encuentra ubicada la Terminal de Autobuses. También se pueden observar colonias como Loma Dorada y zonas terreno arriba del Boulevard Bernardo Quintana. Los depósitos de talud suelen estar formados por materiales heterogéneos y pueden dar lugar a daños en las construcciones si no se toman las medidas necesarias para una cimentación adecuada. Otro tipo de dificultades que presenta a la construcción el subsuelo de la ZMQ atañen al fenómeno de la subsidencia, lo cual se tratará en el próximo artículo.