Se entiende aquí por subsidencia, el proceso de hundimiento vertical del suelo por extracción de fluidos del subsuelo, como es el agua.
La subsidencia o hundimiento del terreno que se ha venido presentando en áreas urbanas por la extracción del agua del subsuelo tiene un famoso ejemplo en lo que ocurre la Cd. de México, en donde los hundimientos medidos en algunos lugares van desde los 15 a los 46 centímetros anuales, llegando a acumularse en algunos sitios hasta 8 metros de asentamiento total; en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México la velocidad del hundimiento del terreno ha sido del orden de 25 a 35 cm/año. Lo que acontece en la Cd. de México también se presenta en otras ciudades del mundo y en el valle de nuestra ciudad de Querétaro, provocado principalmente por la sobreexplotación de nuestros acuíferos a través de pozos de bombeo. Este hundimiento del valle de Querétaro ha dañado viviendas, instalaciones industriales e infraestructura urbana, como es el caso de pavimentos y sistemas de drenaje, que incluye el pluvial, teniendo consecuencias perjudiciales en el patrimonio de la población, así como costos por mantenimiento y reposición de infraestructura pública y privada.
El valle de Querétaro se encuentra sobre una fosa tectónica que fue rellenada por materiales volcánicos y aluviones y la capa más superficial corresponde principalmente a depósitos lacustres.
La enorme expansión de la ZMQ ha sido acompañando de una demanda creciente de agua para la población, se ha estado extrayendo agua del subsuelo que no es compensada con la recarga natural de los acuíferos, provocándose así el abatimiento de las aguas subterráneas.
Debido al hundimiento que se produce por la compresión del subsuelo causada por la extracción de agua de los acuíferos y a la existencia de las fallas geológicas en el basamento de nuestro valle, sucede que los asentamientos en superficie no ocurren en la misma proporción, y esta diferencia refleja los escalonamientos del basamento y la traza de las fallas. Así las cosas, desde hace más de 30 años, profesores de la UAQ advirtieron del fenómeno de la subsidencia en nuestra ciudad capital y de los daños que se estaban presentando en pavimentos y viviendas.
Los asentamientos progresivos por subsidencia en el Valle de Querétaro son de varios centímetros al año, lo que ha causado fallas del subsuelo por subsidencia, como la que es muy notoria en la Av. Epigmenio González, junto al sitio en que se encontraba la empresa Singer; la diferencia de desplazamiento vertical de un lado y otro de la falla, observable en la superficie del pavimento, ha sido de casi un metro, y de proporciones semejante en la colonia Ensueño, lo que corresponde a la denominada Falla Centro.
La extracción de agua del subsuelo del valle de Querétaro seguirá provocando hundimiento del terreno y daños a la infraestructura. Es necesario tomar previsiones, realizar una planeación adecuada de las obras, que incluya el mantenimiento y reposición de la actual infraestructura, los sistemas de drenaje, los drenes pluviales y los pavimentos, entre otras. Respecto a las obras futuras, será indispensable tomar en cuenta la subsidencia en el diseño y vida útil.
El gobierno estatal y los municipales, así como los desarrolladores inmobiliarios, deben reconocer el fenómeno de subsidencia y prevenir los riesgos asociados, como lo son las inundaciones que se auspician por el hundimiento, las fallas ya manifestadas en superficie y la posible aparición de nuevas fallas.
Es esencial lograr el equilibrio entre la explotación y recarga (la cual es escasa) de nuestras aguas subterráneas.
Plantear una solución al fenómeno de la subsidencia que considere recargar los acuíferos mediante pozos de absorción, debe ser rechazada, por absurda y peligrosa.
Ex Rector de la UAQ.
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