En Querétaro, el empeño del gobierno estatal por atender la imperiosa necesidad de proporcionar a Querétaro el abastecimiento de agua potable para la población ha sido firme y notorio, tomando en cuenta diversos factores de gran complejidad en una urbe que crece de manera acelerada. Todo hace ver, que el Proyecto El Batán no se llevará a cabo en la administración del actual gobernador, Mauricio Kuri, así lo ha expresado recientemente de manera pública, al no darse la aprobación por parte del congreso estatal.

La solución a la problemática del tema hídrico en Querétaro es compleja, el tratamiento de las aguas residuales, de cualquier forma, debe mejorarse, tanto en cuantía como en calidad, entendiendo la enorme dificultad asociada al adecuado encausamiento de las aguas residuales a las plantas de tratamiento y su reúso. Es de importancia mayor lograr el aprovechamiento de los escurrimientos que producen las aguas pluviales, éstas no deberían contaminarse.

Antes de discutir sobre el financiamiento del proyecto, es obligado tener la mayor certeza de éxito desde el punto de vista técnico, con el mayor cuidado en la consideración de las diversas variables asociadas y su evolución en las décadas venideras. También es menester el apego a la normatividad y a su debida y continua actualización ante lo complejo que resulta la aparición de nuevas substancias y aún aquellas antiguas, sobre todo las llamadas emergentes.

Se entiende como contaminante emergente todo contaminante previamente desconocido o no reconocido como tal, cuya presencia en el medio ambiente no es necesariamente nueva, pero sí la preocupación por las posibles consecuencias del mismo. Entre los contaminantes emergentes presentes en el agua sobresalen los fármacos, compuestos perfluorados, hormonas, drogas de abuso, así como productos de cuidado y de higiene personal (Josep M. Bayona, Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, noviembre 16 de 2018).

La principal fuente de entrada de estos compuestos en el medio ambiente hídrico son las aguas residuales, pero también ocurre en la agricultura y ganadería, como fuentes de contaminación difusa de pesticidas y antibióticos, respectivamente.

En este contexto se identifica una de las diversas dificultades para convertir aguas residuales en agua potable. Asimismo, el costo del tratamiento con las mejores tecnologías también resulta muy elevado y es difícil garantizar el resultado deseado.

Es necesario avanzar en varios frentes para aprovechar de manera óptima el agua, sigue siendo el agua subterránea la mejor fuente de agua potable, pero los acuíferos no pueden aportar lo suficiente y siguen siendo sobreexplotados, además peligra su calidad por posibles contaminaciones.

No debe omitirse que la extracción de agua subterránea provoca el fenómeno de la subsidencia, asentamientos del terreno por compresión del subsuelo, además de fallas del terreno, lo cual ocurre tanto en nuestro Valle de la Ciudad de Querétaro como en la Cd. de México y muchas otras urbes del país y el mundo; la subsidencia provoca daños a la infraestructura y propicia las inundaciones.

La población crece y en consecuencia la demanda del recurso hídrico. (Continuará)

Ex rector de la UAQ

zepeda@uaq.mx

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