José Alfredo Zepeda Garrido

El agua en Querétaro (VI)

El tratamiento de aguas residuales no logra cubrir del todo las expectativas de saneamiento deseable

El tema de los acuíferos en Querétaro debe ser atendido con el mayor cuidado, cualquier propuesta relativa a su administración requiere tener estudios completos y confiables sobre sus características geológicas, capacidad, comportamiento y evolución; es necesario conocer y actualizar tanto la hidrología de superficie como la subterránea; los objetivos fundamentales son su aprovechamiento sostenible y la conservación de su calidad.

En lo concerniente al agua pluvial, se tiene una de las principales aportaciones naturales que requiere ser bien aprovechada, entendiendo que en ello participan leyes y acuerdos nacionales en los que intervienen la Comisión Nacional de Aguas (CNA) y las entidades de la República que incluyen la gestión de ríos, presas y bordos, así como la gestión urbana. De manera semejante sucede con la administración de las aguas subterráneas.

Muchas de las presas existentes reciben tanto aguas provenientes de la lluvia como aguas contaminadas (residuales), tal es el caso de la presa hidroeléctrica de Zimapán. Asimismo, existen numerosos embalses en Querétaro que reciben aguas de origen pluvial y aguas contaminadas en diverso grado. Esta situación se hace extensiva al país.

Desafortunadamente, en México, muchos arroyos y ríos reciben escurrimientos contaminados, tal es el caso de aguas residuales provenientes de comunidades y poblaciones, así como de actividades del sector agropecuario, que pueden contener, entre otros, derivados de fertilizantes y plaguicidas.

Las grandes urbes, como es el caso de nuestra ZMQ y la mayor de todas, la Cd. de México, son altamente generadoras de aguas residuales. El tratamiento de estas aguas frecuentemente no logra cubrir del todo las expectativas de saneamiento deseable; en las zonas urbanas, en la temporada de lluvias, frecuentemente el agua negra de los drenajes se mezcla con la proveniente de la precipitación pluvial.

Si bien el agua derivada de la precipitación pluvial normalmente podría considerarse de calidad razonable para su consumo humano, al momento de tocar la superficie y convertirse en escurrimiento, corre el riesgo de contaminarse, según la naturaleza de la zona en la que esté ocurriendo.

Lo anterior tiene consecuencias en la posible infiltración de substancias contaminantes que pueden llegar en esa agua a recargar los acuíferos, en esas condiciones, se dañará el acuífero, no conviene a la preservación de la calidad del acuífero y sí constituye un enorme riesgo. Restablecer la calidad del agua a un acuífero, erradicando su contaminación, resulta complejo y muy caro.

La UAQ y la UNAM (Campus Juriquilla), han realizado investigación en este tema de los acuíferos, sobre todo en el del Valle de Querétaro. La UAQ, avanzada la década de los 80, identificó y reportó la problemática de la subsidencia observable en la ciudad de Querétaro, causada por la sobreexplotación del acuífero. Asimismo, se identificaron las fallas visibles desarrolladas en consecuencia y se generaron mapas de su localización. También se contribuyó a que el Reglamento de Construcción en Querétaro, en lo que atañe a la ciudad, estableciera restricciones y cuidados para construir en las zonas afectadas. (Continuará)

Ex rector de la UAQ

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