La recarga de los acuíferos requiere de la mayor atención y en el caso de Querétaro, como sucede en gran parte del territorio nacional, la sobreexplotación de las aguas subterráneas ha sido de gran preocupación, porque la demanda del líquido vital aumenta y la disponibilidad de agua libre de contaminación decrece.
El volumen de extracción de agua por bombeo del acuífero del Valle de Querétaro se estima de 103 millones de metros cúbicos, de los cuales 28 se destinan a riego agrícola, 8 para uso industrial y 67 para agua potable. Asimismo, la recarga total media anual que recibe el acuífero es de 70 millones de metros cúbicos por recarga natural (CNA, 2024).
Existe un déficit de 37 millones de metros cúbicos entre la recarga y descarga total del acuífero lo que equivale al 34% de la recarga total, lo cual representa un abatimiento del acuífero de 3.1 m al año, (CNA, 2024).
En el reporte de la Subdirección General Técnica, Gerencia de Aguas Subterráneas de la Comisión Nacional del Agua, CNA, correspondiente al acuífero del Valle de Querétaro (Actualización de la disponibilidad media anual de agua en el acuífero Valle de Querétaro (2201), estado de Querétaro, 2024), se determina que no existe volumen disponible para otorgar nuevas concesiones; por el contrario, el déficit es de 65.56 millones de metros cúbicos anuales.
La disponibilidad media anual de agua subterránea constituye el volumen medio anual de agua subterránea disponible en un acuífero al que tendrán derecho de explotar, usar o aprovechar los usuarios, adicional a la extracción ya concesionada y a la descarga natural comprometida, sin poner en peligro a los ecosiste mas.
Resulta difícil concebir que las aguas superficiales en Querétaro se encuentren libres de contaminación, posiblemente sí lo están en zonas alejadas de la actividad agropecuaria o de las poblaciones. El uso del agua potable en las urbes generalmente entrega a los drenajes agua con diversos niveles de contaminación, las cuales deberían conducirse siempre a plantas de tratamiento que las hagan viables para su reúso, cumpliendo parámetros de acuerdo a la normatividad y aún mayores.
Con el propósito de optimizar el uso del agua potable, resulta imperioso que se tecnifique el campo para aprovechar mejor el agua subterránea, así como la de los embalses o ríos. El agua subterránea debe atender principalmente su uso como agua potable para la población y para algunas actividades industriales que lo requieran.
Desafortunadamente, en las zonas urbanas los drenajes de aguas negras reciben contaminantes de todo tipo que incluyen descargas clandestinas de algunas actividades comerciales o micro industriales, de una variedad tan amplia que difícilmente permiten su potabilización; asimismo, el agua de lluvia que corre por las laderas y por las calles también se contamina y usualmente se mezcla con las aguas negras de los drenajes, así las cosas, aumenta la complejidad de la contaminación. Las aguas residuales entrañan graves riesgos.
Es un reto enorme y necesario, lograr el mejor aprovechamiento de las aguas subterráneas y también de las aguas provenientes de la lluvia, evitando su contaminación. (Continuará)
Ex rector de la UAQ
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