El Sistema Batán que se está proponiendo para nuestro estado, con el fin de atender la necesidad vital de agua potable para todos, busca asegurar su suministro por los próximos treinta años y es una respuesta a la demanda creciente por parte de lo población y de acuerdo a la tasa de crecimiento en Querétaro.
La obra Paseo 5 de Febrero realizada por el gobierno del estado sin lugar a duda ha sido de enorme beneficio, aportando infraestructura de primer nivel para una ciudad que así lo exige. La obra coadyuva en mejorar la movilidad de manera significativa, si bien es cierto que nuestra ZMQ crece rápidamente y demanda avances continuos en su infraestructura.
Las inundaciones que se han registrado en esta temporada de intensas lluvias han puesto en alerta y en atención, lograr la adecuada operación de los cárcamos de bombeo en las zonas deprimidas de las vialidades, las cuales de manera natural reciben el agua de la lluvia.
En la generalidad de las obras de infraestructura vial deprimidas en el valle de nuestra ciudad capital, frecuentemente resultan inundadas por las lluvias y por las dificultades para su drenaje, para lo cual los cárcamos de bombeo son la alternativa y en consecuencia requieren ser vigilados cuidadosamente para el adecuado y oportuno mantenimiento.
Retomando el tema fundamental de este artículo, es pertinente compartir diversas observaciones, algunas de ellas ya se han citado en artículos precedentes en esta sección de opinión de El Universal Querétaro.
La necesidad de agua que tiene Querétaro ha sido creciente, el agua potable que se suministra a nuestra ZMQ proviene de dos fuentes principales, la primera es de nuestros acuíferos (agua subterránea) y la otra corresponde a Acueducto II, de la zona de la presa hidroeléctrica Zimapán.
Los acuíferos se siguen abatiendo, a razón promedio de tres metros por año, lo cual resulta difícil de revertir, a menos que se disminuyan las extracciones. Es prudente destacar, que el agua proveniente de los acuíferos, en la mayoría de los casos, es agua potable de manera natural, es decir, no requiere ningún tratamiento.
En lo que atañe al agua que surte Acueducto II, resulta obligado su tratamiento para potabilizarla. Puede recordarse, que uno de los varios objetivos de Acueducto II era disminuir el bombeo en nuestros acuíferos en la ZMQ, lo cual sí ocurrió, pero con el paso de los años, ante el aumento en la demanda de agua potable por el propio crecimiento de la población, se tuvo la necesidad de acrecentar la extracción de agua subterránea.
Resulta acertado que el gobierno del estado se empeñe en proveer mayores caudales de agua potable para nuestra población creciente, con visión de futuro y también procurando sostener la reserva estratégica que representan nuestros acuíferos, evitando su sobreexplotación y agotamiento.
El Sistema Batán proyecta potabilizar las aguas residuales. Uno de los grandes desafíos, entre otros, es la potabilización del agua residual, la cual contiene todo tipo de contaminantes, entre ellos los llamados emergentes, para los cuales pudiera no disponerse de la normatividad necesaria; la existente es la NOM-127-SSA1-2021, agua para uso y consumo humano. (Continuará)
Ex rector de la UAQ
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