El gran reto que tenemos ante el crecimiento poblacional es que este no signifique aumento de la contaminación ambiental en todos los órdenes, como atmosférica, hídrica o de suelos, pero también puede tratarse de basura o residuos sólidos en sus diversas modalidades, urbanos, especiales o peligrosos. También se tiene contaminación de tipo electromagnética, térmica, acústica, visual y lumínica.
La contaminación puede definirse como la inclusión de contaminantes a un medio natural que provocan un cambio desfavorable en dicho medio. Puede tratarse de un ecosistema, un medio físico o un ser vivo. Se trata siempre de una alteración negativa del estado natural, casi siempre la provoca la actividad humana, lo que implica una forma de impacto ambiental.
El aumento de la población debe ser acompañado de una serie de estrategias de desarrollo que se integran en el concepto de sustentabilidad, considerando como vital la preservación de los recursos naturales.
Todos somos responsables, en alguna medida, de la contaminación que agobia a nuestro planeta, estamos relacionados con todos los procesos industriales y con el uso de los recursos naturales, con el consumo.
En nuestra Metrópoli, en Querétaro, hemos podido ver un crecimiento vertiginoso, en el cual frecuentemente observamos que se generan grandes necesidades de infraestructura, crece el parque vehicular, se generan nuevos asentamientos humanos, más inversiones y fuentes de trabajo, aumentan los servicios y la actividad comercial. A su vez se tiene la dispersión de la urbe, requerimientos de movilidad e infraestructura, consumo de gran cantidad de satisfactores y recursos de diferente naturaleza, desde los necesarios hasta los suntuarios, todo ello se asocia frecuentemente a daños al medio ambiente, nos hemos transformado en una sociedad más compleja.
El estado de estrés en que ahora se vive y el propósito por allegarnos todo lo que se anuncia o se observa, como reflejo de progreso o modernidad, no porque sea en esencia necesario. Somos proclives a la adquisición de muchos satisfactores suntuarios; dicho de otra manera, el consumismo ha venido a acelerar el deterioro del medio ambiente. También se ha agregado una forma de contaminación, está en nuestro pensamiento y en la visión equivocada que se puede tener del progreso y de la calidad de vida.
Bien decía el doctor Te Tsiu Ma, profesor de la Universidad de Western Illinois y Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Querétaro, que la contaminación no era únicamente la ambiental, que también teníamos el peligro de la contaminación en nuestra mente, ante los excesos en que somos deslumbrados por la mercadotecnia y el consumismo, por los antivalores que pueden germinar en nuestro pensamiento y por la visón equivocada del éxito.
Debemos tener conciencia, adquirir una cultura ambiental, de la prudencia y la moderación, que proteja nuestra salud física y mental, así como al medio ambiente.
Podemos contribuir en beneficio del medio ambiente con buenos hábitos y asumiéndonos como sus protectores de forma racional, evitando el consumismo, cuidando los recursos naturales, moderando el uso del automóvil y optimizándolo, evitando la generación de cualquier clase de residuos y ruido, promoviendo y contribuyendo a la generación de áreas verdes, reduciendo, reciclando y reutilizando, disminuyendo el consumo de energía y haciendo uso más eficiente de la misma.
Podemos preguntarnos a nosotros mismos, qué es la calidad de vida, seguramente encontraremos, en la respuesta reflexionada, que se trata de cosas sencillas. Existen muchas medidas que podemos tomar para salvaguardar al medio ambiente y lograr un desarrollo sustentable, es menester comprometernos. Querétaro es un estado con magníficos recursos naturales y de grandes oportunidades.
Procurador del Medio Ambiente