En México somos 97.8 millones de católicos, según el Censo de 2025 levantado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, o sea el 77.7 por ciento de la población, siendo el segundo país con más católicos en el mundo, susperándonos sólo Brasil, ciertamente con una disminución de un 5 por ciento en relación al 2010 donde representábamos el 82.7 por ciento, pero seguimos siendo mayoritarios aún.
Además aun cuando no sean católicos, la gran mayoría, católicos o no, tenemos como días de asueto los jueves y viernes santos, 1 y 2 de noviembre, 24 y 25 de diciembre y aún más los días 12 de diciembre día de la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe a quien honran aún algunos que se dicen no católicos.
En estos momentos, los católicos estamos viviendo lo que denominamos la Semana Santa, que es de los momentos litúrgicos más intensos del año, aún cuando varios se convierte sólo en ocasión de diversión, descanso o periodo vacacional y por ello es la temporada junto con la semana de Pascua en que mayor visitantes tienen los puntos vacacionales, llámese playeros o del interior, donde como es obvio nuestro estado no es la excepción.
Para quienes somos católicos debiéramos esta Semana Santa dedicarla a la oración y reflexión, recordando la pasión y muerte de Jesús, por lo que debiéramos darle el primer lugar a Dios y participar en toda esa riqueza de las celebraciones de los tiempos litúrgicos, desde el Domingo de Ramos y hasta el Domingo de Pascua. Tomando en cuenta que la Semana Santa fue la última que Jesucristo vivió y su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.
La Semana Santa se inicia el Domingo de Ramos, celebrando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como Rey con cantos y palmas, para lo cual llevamos nuestras palmas para que sean bendecidas.
La siguiente tradición que está dentro de la Semana Santa es la del Jueves Santo, en que se recuerda la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicio e instituye lo que conocemos como la Eucaristía que en cada misas recordamos este acto de donación de parte de nuestro Salvador. Para ello también como tradición popular tenemos la Visita a los Siete Templos para rezar, adorar al Santísimo Sacramento y Reflexionar sobre la fe.
Para el viernes recordamos la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo con el Viacrucis que le lleva finalmente a su crucifixión y muerte, celebración que se realiza en templos y poblados, con la concurrencia tan grande como el caso de Iztapalapa más de 2 millones de participantes.
Para el Sábado recordamos el día que Jesús pasó entre la muerte y la Resurrección. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Y por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “la tarde y noche anteriores a una fiesta”. En esta se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos?
El domingo es el día más importante y más alegre para todos católicos, ya que Jesús vence a la muerte y nos dio la vida, que nos da la esperanza de la trascendencia de nuestra vida terrenal a la vida eterna.
En fin estos son días de guardar, por lo que la invitación es para la familia, participar lo más posible en los distintos actos de esta Semana, aún cuando algunos miembros o familias enteras se encuentra misionando en los distintos rincones de país, en el que se trasladan para vivir esta semana con intensidad con los pobladores pueblos o rancherías de todos los municipios de nuestras entidades federativas, lo que hace bien para los visitantes y a los visitados, y que es parte de la artesanía por la Paz que día a día todos debemos construir.