El parlamento mexicano se había distinguido por la calidad de los debates que en varias ocasiones se daba para posicionar distintos temas del concierto nacional, de interés para los ciudadanos o desde luego para los partidos políticos, ya sea del partido en el poder o los que eran de oposición, distinguiéndose por un debate informado y respetuoso, a tal grado que en las fracciones parlamentarios del Partido Acción Nacional se llegaba a decir que nuestros legisladores solían ganar el debate y no así la votación, por el avasallamiento de quienes se asumen “partido movimiento en el gobierno” con el voto de sus mayorías.

El respeto se daba entre los pares, sino también a la investidura que ostentaban y al cuerpo legislativo al que se pertenecía, en los argumentaciones del refleja la cultura y conocimiento que cada uno de los legisladores reflejaba al momento de tomar la tribuna, e incluso en varias ocasiones era un deleite escuchar a unos y otros por la calidad y riqueza de sus argumentaciones, por lo que incluso los jóvenes al escucharlos teníamos el deseo de algún día asumir la tribuna parlamentaria y expresar con argumentos nuestras ideas.

En política puede pasar lo mismo si fallamos… como congreso, la política se va a informalizar. Ya se está informalizando. Carlos Castillo refería que en esos momentos el partido en el gobierno había lanzado una gran operación de informalidad en lo que ahora es la Ciudad de Mexico..Y en alusión de la primera elección de concejales en la capital del país expresaba “…sólo por que mexicana es la Virgen de Guadalupe, la pandilla de delincuentes de esa ciudad enorme y asfixiante, no entendieron que podían hacerse del poder local las bandas de los “barrios” y sin partido, pidieron haber ido y competir por la consejerías, constreñir el voto con los mecanismos delictivos que suelen utilizar y tener hoy consejos de la Ciudad.

Concluía “…la informatización de la política es el desmoronamiento del país”. Y ahora que diría Carlos Castillo Peraza ante el desmoronamiento sistemática en el país, en el que la informalidad política se ha enseñoreado a tal grado que la división de poderes que nos tocó construir durante décadas, hasta que llegó la alternancia del poder presidencial en el país, se pudo concretar, recordando aquella frase expresa y que se hizo en la práctica realidad “El Ejecutivo propone y el legislativo dispone” o también la inauguración de una era fructífera de los contrapesos y expresado también con las resoluciones de las controversias y acciones de inconstitucionalidad, al grado tal que pasado apenas dieciocho años incomodó al inquilino de Palacio Nacional y comenzó a reeditar los que se llegó a denominar como la dictadora perfecta, en lo que se dice es el segundo piso de ese paso iniciado.

Y todavía la informalidad política es expresada en figuras clave, como aquel personaje político que por un rejuego y acuerdo de ese tipo de “política” se hizo de la presidencia de un órgano legislativo e hizo que un ciudadana se disculpara públicamente por el haberle increpado en aeropuerto, quizá en su fuero interno en venganza por las fuerzas del estado hacia una década lo había retirado con el uso de la fuerza de las afueras de uno de nuestros recintos legislativos, la política informal le ha llevado que ahora la forma de protestar, desafiando y cuestionando la mayoría de las veces sin razón, en la vía pública la lleve hasta la máxima tribuna del país.

En fin, este sólo es un personaje de muchos que han incursionado y llegado a ocupar cargos, gracias a la informalidad de la política, ojalá y los ciudadanos despertemos y nos dispongamos a poner en su lugar la informalidad y recuperar con nuestro actuar el regreso la formalidad política.

Google News