Hace 50 años, en 1975 estaba concluyendo un gobierno populista, socialista y estatista, encabezado por el priista Luis Echeverría Álvarez, que pregonaba a los cuatro vientos la tesis de “El Tercer Mundo”, base de su política exterior y cuyo objetivo principal era posicionar a México como líder y vocero de los países en vías de desarrollo, resaltando las desigualdades estructurales entre los países desarrollados (Primer Mundo) y los Países en Desarrollo (Tercer Mundo), resultado a su decir del colonialismo, el neocolonialismo y el sistema internacional injusto. Pero principalmente construir un estado estatista y socialista en México.
Considerábamos el comprometernos por México como si fuéramos una unidad, en el entendido de que, sobre cualquier interés particular, de grupo o de facción, se encontraba el bienestar y el destino de la Patria, en cuyo servicio no deberíamos escatimar ningún esfuerzo o sacrificio. Y decidimos reunirnos miles de jóvenes en un campamento para reflexionar sobre el presente y futuro en lo que denominamos el “Pacto de los Remedios”, realizado en ese valle conocido como “Los Remedios” en el Estado de México, convocado por más de una veintena de organismos juveniles de todo el país.
Ahí expresamos nuestro rechazo a toda división apátrida, tales como la "lucha de clases" y la "brecha de generaciones", y sólo admitimos como enemigos de la Patria, y por tanto enemigos nuestros, a quienes, independientemente de su edad cronológica, son viejos de espíritu y repudiamos a los "jóvenes oficiales" que claudicaban de sus ideales en aras de un cargo público, y que eran cómplices de los adultos corruptos y corruptores que detentaban el poder para su beneficio personal, sin importarles la Patria, y que acababan de ser absorbidos por el sistema político de México después de su participación activa en el Movimiento del 68.
Nos pronunciamos por repudiar y combatir el estatismo socializante -la ley del hormiguero, que sujeta cuerpos y almas, individuos y familias y toda entidad autónoma y todo aquello que trate de frustrar y corromper a la juventud, especialmente a la pornografía que agrede a la dignidad de la mujer; a los Libros de Texto Obligatorios, que tratan de formar una generación a la medida de las necesidades de quienes se benefician con el poder; la drogadicción que mina la voluntad del hombre y le impide trabajar por el engrandecimiento y defensa de México; contra un cine estatizado que embrutece y degrada. Sosteniendo que el arte y la ciencia no son tales si no se ejercen respetando la libertad y la dignidad del hombre.
Claramente nos expresamos por defender el derecho a la vida y la libertad de la familia para la procreación, oponiéndonos a la planificación familiar estatal, al aborto, la esterilización del individuo y las prácticas llamadas eugenésicas.
Nos propusimos defender el derecho de la familia a educar a sus hijos conforme a sus principios, y declaramos que el engrandecimiento de nuestra Patria no es obra sólo de nuestros gobernantes, sino de todos los sectores del pueblo de México.
Nos comprometemos a difundir y trabajar por estos principios en todos los rincones del país, en todos los lugares donde realicemos nuestra actividad estudiantil o laboral y al paso de estos cincuenta años, podríamos decir que hemos cumplido y que hoy como ayer los jóvenes, que celebraron el Día Internacional de la Juventud en esta semana, siguen comprometidos por un México donde imperen las libertades y estén dispuestos a defenderlas en cualquier campo que se requiera. Porque la Juventud quiere seguir viviendo en Libertad.