Tuve la fortuna de participar, como diputado federal, a la denominada “Cumbre de la Deuda Social y la Integración Latinoamericana” organizada por el Parlamento Latinoamericano, del 10 al 14 de Julio del año 2001, realizada en la ciudad de Caracas, capital de Venezuela, con Hugo Chávez que ya pintaba para ser dictador a los poco más de dos años de haber asumido el poder, cuando aún la población no se daba cuenta de lo que se estaba gestando y ese país sureño se parecía mucho a nuestro México y cuya economía al igual que la nuestra soportaba en mucho en nuestra riqueza petrolera.

Ahí el aprendiz de dictador en ese momento planteaba que la deuda social era ética y política, reflejado en la pobreza, la desigualdad y la exclusión, que ningún país latinoamericano había saldado, por lo que era urgente la integración latinoamericana, no sólo en lo económico, sino también políticamente, culturalmente, socialmente, para enfrentar la globalización desigual y la dependencia externa.

Así Hugo Chávez iniciaba su dictadura, dejando las bases para que subsecuente a su partida, Nicolás Maduro siguiera con su legado hasta nuestros días; pero Chávez no se retiró de esta vida sin que en el Parlamento Venezolano se le enfrentara una mujer valiente y decidida de nombre María Corina Machado Parisca, en plena Asamblea Legislativa le dijo “Usted nos describe una Venezuela distinta de la que sufrimos las madres”, a lo que le contestó “Un Águila no caza moscas” y de ahí la legisladora y líder opositora inició una brillante carrera de lucha por la democracia, que ahora le ha valido que le reconozca con el Premio Nobel de la Paz, que estará recibiendo el 10 de diciembre próximo en Noruega.

Con el paso del tiempo de más de 25 años, no ha sido posible que la oposición hubiera logrado deponer el poder del chavismo, pero no hace más de un año que la oposición democrática venezolana demostró a los cuatro vientos, la manera burda y desproporcionada como los chavistas representados por Nicolás Madura se hacían del poder un periodo más por lo menos y que en realidad el triunfo debiera reconocerse a Edmundo González Urrutia que encabezó una candidatura apoyada por María Corina Machado quien sea posesionado como una verdadera Paladín por la democracia.

En un régimen donde no hay respeto por la oposición y se tiene el poder del estado dictatorial, en 2014 fue expulsada del parlamento tras haber denunciado violaciones a los derechos humanos durante las protestas antigubernamentales.

Para 2023, la misma María Corina Machado se perfilaba como la candidata más firme opositora, pero el Tribunal Supremo de Justicia, le ratificó 15 años de inhabilitación por lo que no le fue posible contender directamente por la primera magistratura de su país. Con todo y ante este impedimento es que impulsó la cantautora encabezada por Edmundo González , demostrando que la aleccionó la ganaron los partidos de oposición, pero no reconocida por las autoridades electorales, que están a lo que diga el régimen madurista.

Hoy a poco más de 15 años de haberse convertido en la principal líder opositora, tiene ese gran reconocimiento que le hacen otorgándole el Premio Nobel de la Paz, que sin lugar a dudas llena de orgullo a los latinoamericanos, a los que creemos y practicamos la democracia y desde luego estoy seguro a las mujeres, aún cuando algunas de ellas por su militancia ideológica no han querido reconocer ese gran liderazgo que ejerce María Corina y que estoy seguro seguirá permeando en los confines democráticos de nuestra estado, nuestro país y en el mundo entero.

Ojalá y con su lucha los opositores venezolanos logren recuperar su libertad y ejercicio democrático, que perdieron hace más de 25 años.

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