No quiero hacer referencia a los vaivenes -subidas y bajadas- que viven día con día todos los que utilizan los medios de transporte público, tampoco es del interés de este espacio semanal ni de sus sagaces lectores, compartir todo aquello que “disfrutan” los que se dedican a la especulación en la bolsa o en el “trading", hoy tan famoso y socorrido por expertos, noveles y entusiastas de las cripto monedas, NFTs y todo aquello que nos acerca día con día a esos universos virtuales o metaversos, los cuales ya son una realidad. Eso será parte de una nota de las siguientes semanas.
Los vaivenes a los que quiero referirme, que sí son de particular interés este martes, el primero en que se publica #DesdeCabina en el 2022, son los relativos al sube y baja, -aunque más bien a los “sube “-en las cifras de contagio por Covid en las últimas fechas en nuestro país. Según el repositorio de datos del Centro para Sistemas Ciencias e Ingeniería de la Universidad Johns Hopkins (https://github.com/CSSEGISandData/COVID-19), nos encontramos, en estas primeras semanas de enero, en el ascenso de la cuarta ola de contagios de nuestro país.
Ya nos habíamos acostumbrado, y me incluyo, a convivir en un ambiente quizá más relajado en el se estaba propiciando la recuperación económica, social y laboral en gran parte de los sectores y entornos, es decir, se percibía que nos estábamos “acomodando” a esa vida con sana distancia, con aforos reducidos, con el uso casi imperceptible pero permanente del cubre bocas, al lavado de manos, a la sanitización obligatoria y frecuente de espacios y un numero no tan grande de medidas y estrategias para mitigar y tratar de aislar las condiciones que hacían propicio el incremento en los contagios. ¿Qué nos paso?
Ante la llegada de la temporada invernal, la necesidad de reactivar la economía y la vida de los países y la desafortunada mutación de este bicho, que sigue sin darnos tregua, se ha provocado un nuevo incremento en la cantidad de contagios, en contraste, aparentemente la nueva variante ÓMICRON, si bien es sumamente más contagiosa y de rápida propagación, lo cierto es que no ha probado ser tan agresiva en términos de mortandad como las variaciones anteriores. Nos descuidamos y nos relajamos de más, primordialmente.
Pero el tema no es hablar de las implicaciones, que bien sabemos son bastante graves en la salud de las personas, el asunto es reflexionar y, sobre todo, retomar aquello que nos permitió alcanzar el éxito logrando una contención en la familia, en el trabajo, con las amistades, durante los momentos en que es necesario transportarse, vedado y a veces mal llevado esparcimiento, en todos los ámbitos de nuestra vida para concluir rápido.
Todos sabemos qué hicimos o qué dejamos de hacer, por supuesto que implicó y seguirá implicando cambiar nuestra mentalidad y sobre todo nuestros hábitos, pero me preguntaría yo -de manera retórica- si disfrutamos de esa incertidumbre, de ese vaivén, en donde escuchamos cada vez más cerca que se contagió Fulanito, o que Sutanita ha ingresado al hospital, en donde se transforman por completo los escenarios familiares y en los que luego la situación de sube y baja se convierte en un estado anímico.
Ya basta de tantas subidas y bajadas, que solo sean bajadas y que permanezcan ahí, abajo. Es responsabilidad de todos. ¿No creen?
@Jorge_GVR