Colombia llega a su proceso electoral en medio del malestar y el descontento con el gobierno de Iván Duque, que lleva meses con una desaprobación de alrededor del 70%. A finales de 2019, un paquete de reformas de austeridad, la corrupción y la violencia de grupos armados propiciaron un estallido social que resurgió en 2021, después de que el presidente anunciase una reforma fiscal.

En días pasados, millones de colombianos acudieron a votar en la primera vuelta presidencial y respaldaron a los candidatos cuyas propuestas no se enmarcan en la clase política dominante: los primeros lugares los obtuvieron el líder de izquierda Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.

Gustavo Petro, de izquierdas, es el favorito en estas elecciones. Excongresista, exalcalde de Bogotá y antiguo miembro de la guerrilla urbana M-19, Petro lidera la coalición de izquierda Pacto Histórico. Es su tercer intento de llegar a la presidencia. Su programa plantea reformas profundas al modelo económico, en especial el extractivismo; que es un proyecto económico que se centra en el impulso de actividades a partir de las cuales, se obtengan ingresos a través de la explotación de recursos naturales, al sistema impositivo, con un impuesto adicional a las grandes fortunas, o a las fuerzas de seguridad. Algunos le tildan de populista y sostienen que sus propuestas llevarían al país a la ruina financiera.
Rodolfo Hernández se presenta como un outsider pragmático. Ingeniero civil, empresario y también exalcalde, Hernández se declara ajeno al establishment y a los partidos tradicionales. En solo un mes ha duplicado su apoyo hasta llegar al 19.1% de intención de voto, con una retórica fuerte y un discurso directo a través de redes sociales. Como representante de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, su programa lleva por bandera la lucha contra este problema, pese a que llega a las elecciones presidenciales con un caso abierto en su contra. Sus declaraciones incendiarias y su enfoque político limitado a un solo tema han hecho que lo comparen con Donald Trump.

Ambos candidatos antisistema, el primero líder de la izquierda, y el segundo populista de derecha, obtuvieron los primeros lugares en las elecciones presidenciales de Colombia, dejando atrás a la clase política dominante y conservadora del país. Los dos participarán en una segunda vuelta electoral el 19 de junio, que se perfila como una de las más importantes en la historia del país, los analistas consideran que está en juego el modelo económico del país, su integridad democrática y los medios de vida de millones de personas que se sumieron en la pobreza durante la pandemia.

Según el politólogo colombiano Daniel García-Peña, el enfrentamiento entre Petro y Hernández representa el “cambio contra el cambio”. Durante meses, las encuestas habían mostrado a Petro, que plantea una modificación al modelo económico capitalista del país, aventajando al exalcalde conservador de Medellín, Federico Gutiérrez. Fue recientemente que Hernández, postulándose con una plataforma populista y anticorrupción, empezó a subir en los sondeos.

Durante meses, las encuestas daban por ganador a Gustavo Petro, un exguerrillero convertido en senador que aspira a ser el primer presidente de izquierda del país, iría a una segunda vuelta presidencial en junio contra Federico Gutiérrez, quien había argumentado que votar por Petro equivalía a “un salto al vacío”.

La votación representó un rechazo al grupo que ha gobernado Colombia durante generaciones.

Algunos analistas opinan que los 8.5 millones de votos que obtuvo Petro el domingo son su techo, y que muchos de los cinco millones de votos de Gutiérrez se sumarán a los seis millones que logró Hernández y si logra mantener el delicado equilibrio de conseguir los votos de la derecha, sin afectar su imagen, podría ser difícil que Petro logre vencerlo.

Expresidente municipal de 
Querétaro y exlegislador. 
@Chucho_RH

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