Quisiera hacer una reflexión sobre la visita que hizo Barack Obama a México la semana pasada y los resultados que se esperan luego de su encuentro con el presidente Enrique Peña Nieto, y es que la relación entre México y Estados Unidos abarca varios frentes desde la economía, hasta la migración, la seguridad, entre muchos otros.

Ninguno de los dos presidentes está ante un escenario fácil. Fue tiempo propicio para el encuentro y definir los puntos estratégicos de la relación, justo ahora, al inicio del gobierno del presidente Peña Nieto y al inicio del segundo mandato de Barack Obama.

Al señalar que los escenarios no son fáciles en ambos países, nos referimos a los acontecimientos ocurridos recientemente: Mientras en Estados Unidos con una olla express se ha puesto en entredicho la seguridad nacional, en México los maestros de la CNTE paralizan la Autopista del Sol, que comunica el Distrito Federal con Acapulco.

Mientras el presidente Obama resiste presiones sociales por la permanencia de la prisión de Guantánamo, el presidente Peña hace frente a la protesta estudiantil del CCH que llegó a tomar la rectoría de la UNAM; al mismo tiempo queda al descubierto información existente entre mandos militares que llevaron al general Tomás Ángeles Deuahare a permanecer en prisión luego de acusaciones de testigos “protegidos”.

El presidente Obama ha sido cuestionado y criticado ante una aparente debilidad por los resultados en temas como el rechazo a la reforma en el control de armas, dificultades para aprobar la reforma migratoria y recortes en el gasto luego de que el Congreso no aprobara la reforma económica.

Paralelamente en México el presidente Peña Nieto enfrenta las presiones de los partidos opositores a su gobierno, que acusaron abiertamente al gobierno de Veracruz y a la Secretaría de Desarrollo Social, por supuestos malos manejos en la distribución de los recursos asistenciales del programa Cruzada Nacional contra el Hambre.

De este encuentro, quisiera rescatar dos declaraciones del presidente norteamericano, la primera referente a la mención que hizo de Querétaro como una entidad en la que se pueden encontrar oportunidades sin necesidad de salir del país. Una declaración que se traduce al reconocimiento del esfuerzo de muchas generaciones de queretanos y sus autoridades, quienes han confiado en nuestra entidad para su trabajo e inversiones.

El otro comentario del presidente norteamericano, fue cuando dijo “… He venido aquí para ver el progreso impresionante del México de hoy. Un nuevo México está emergiendo”, luego reconoció la necesidad de una nueva relación entre nuestro país y los Estados Unidos y remató señalando: “somos dos socios en pie de igualdad”.

Obama se comprometió a impulsar cinco áreas indispensables para ambas naciones: comercio, competitividad, educación, desarrollo del sector energético verde y la innovación y desarrollo de la tecnología.

Con estos compromisos el encuentro deja un saldo positivo para ambas naciones, el presidente Obama reconoce que Estados Unidos necesita de México como también México necesita de los Estados Unidos.

Ex presidente municipal de Querétaro por el PRI

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