De acuerdo al filósofo y antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, la prohibición del incesto es un fenómeno universal que presiona a los grupos humanos a practicar la exogamia; esta se refiere a la regla que rige para la elección de la pareja y que prohibe la relación matrimonial entre los miembros de un mismo grupo. En el lado opuesto está la endogamia que se refiere a la regla que impone un grupo específico para contraer matrimonio, el esquema endogámico corresponde a la unión o reproducción entre miembros de una misma familia, linaje o grupo.
Lévi-Strauss, en su Teoría de la Alianza, habla del tabú del incesto, y explica que en cualquier grupo existen personas prohibidas para una relación de matrimonio, como el hermano, la madre o el padre. La prohibición del incesto aparece en todas las sociedades, en todos los pueblos y en todas las culturas. Es una regla universal: está prohibido tener relaciones sexuales entre padres e hijas, madres e hijos o relaciones de hermanos entre sí.
La reglamentación lo tipifica como un delito, aunque este sea practicado de mutuo consentimiento, y más aún, si el caso se trata de un acto forzado en el que el adulto abusó de su poder en contra de una menor. Es un acto que ubica a quien lo practica en una condición primitiva y de tabú.
Vale el tema, para hacer un recorrido histórico de este fenómeno, que no por estar presente desde épocas ancestrales deja de ser deleznable, sobre todo en los tiempos actuales; partiríamos de la idea de que el hombre civilizado se aleja de sus orígenes primitivos y deja de actuar como salvaje para hacerlo de manera racional.
Entre las historias que dan cuenta de este fenómeno está la de la extinción de los Habsburgo, luego de que varias generaciones fueron producto de relaciones incestuosas que se practicaban con la idea de mantener el poder en el seno de la familia; el último monarca de esta descendencia fue Carlos II de Austria, quien enfermizo, estéril y con cierta debilidad mental, murió sin haber tenido hijos.
Siglos antes —y esto lo revelan investigaciones recientes— en Egipto se pensaba que la consanguinidad era el mejor modo de preservar la pureza en la descendencia, bajo esta idea se engendró a Tutankamón, hijo de hermano y hermana. Ahora se sabe que, producto de generaciones de relaciones entre familiares, el faraón no era el hombre apuesto que se creía; contrario a ello, se sabe que tenía defectos físicos y un cuerpo más femenino que masculino, con caderas y pecho más afines a una mujer que a un hombre.
Cleopatra también era hija de hermanos y a su vez se casó con un hermano; la mitología también hace su aportación al tema y refiere que Zeus estaba casado con su hermana Hera, con quien tuvo tres hijos.
Es conocida la historia de la relación de Lucrecia de Borgia con su padre, el Papa Alejandro VI; la de Calígula y su relación son sus hermanas Agripina, Drusilla y Julia Livilla.
En el Génesis está el pasaje que da cuenta de la historia de Lot, que en su huida de Sodoma, luego de que su esposa muriera convertida en estatua de sal, sus hijas lo seducen para quedar embarazadas y de esa incestuosa relación nacen Moab y Benammi, de quien son descendientes los moabitas y los amonitas.
Todas estas historias, evidentemente, se ubican en momentos históricos en los que aún no había asomo de los derechos humanos.
Querétaro y Guerrero son las entidades federativas en las que se contempla la menor penalidad por cometer incesto, de 3 meses a 3 años. Vale la pena analizar la pertinencia de actualizar la ley.
Ex presidente municipal de Querétaro y ex diputado federal y local.
@Chucho_RH