Cuenta la historia que Marcelo Ebrard tenía todo para convertirse en candidato presidencial de la izquierda para las elecciones de 2012. No obstante, cuando tuvo que pelear la candidatura con López Obrador, retrocedió. Cuando pudo haberle ganado, en un proceso con unas encuestas muy empatadas, Marcelo buscó a Camacho Solís, quien le aconsejó no pelearse con AMLO y dividir el voto de izquierda. Ebrard le hizo caso, le dejó la candidatura al otro.
Seis años antes, cuando había tomado posesión como jefe de Gobierno del Distrito Federal, Ebrard tenía que superar ya a sus padrinos políticos: Manuel Camacho y AMLO. En ese entonces, ya tenía dos décadas de dedicarse al servicio público, al lado de uno u otro de estos dos políticos. A Camacho lo acompañó en el gobierno capitalino, en el federal y en la creación fallida del Partido del Centro Democrático. Con López Obrador en el gobierno de la ciudad y fue su sucesor.
Ahora, la pregunta es ¿Qué hará pues la candidata morenista es Claudia?
Algunos articulistas consideran que no renunciará a Morena. No está en su naturaleza, es una persona disciplinada, además, tiene muy poco que ganar y mucho que perder si decide retirarse del lopezobradorismo. Él sabe que lo puede acabar en un par de mañaneras. Se le puede venir encima la ira de Palacio Nacional. Que se convierta, en “traidor, esbirro de la mafia del poder, ambicioso vulgar, conservador, hipócrita, corrupto, etcétera”. Que súbitamente aparezcan carpetas de investigación de la Fiscalía General de la República por cargos, reales o ficticios, en contra de Ebrard. En suma, que lo castiguen para apaciguarlo.
Sin embargo, Ebrard desconoció todo el ejercicio de elección. Supuestamente por la gran cantidad de inconsistencias que existían en la encuesta que realizó Morena. Ebrard ni reconoció a la candidata ni fue a levantarle la mano. Tal y como hizo Camacho en 1993 cuando se rehusó a felicitar a Colosio.
Por otro lado, la dirigencia de Morena legitimó la candidatura presidencial de Sheinbaum. También lo hizo el líder de este partido, el presidente López Obrador.
¿Le ofrecerá a Ebrard salidas? ¿Conseguirá algo para él y su grupo político? ¿Lo premiarán para calmarlo?
Hay otras opiniones de los expertos: que toda esta “rabieta” de Ebrard sea una conspiración acordada con AMLO. Que Marcelo rompa con Morena, Movimiento Ciudadano lo lance como candidato presidencial, y obtenga el voto de los inconformes, el voto opositor se divida y Claudia gane la elección
El excanciller ya fundó su propia Corriente Democrática, versión siglo 21, pero sin llegar a la ruptura con el partido guinda. Se llama El Camino de México por ahora, una asociación civil.
Lo hizo en una reunión a puerta cerrada, asistieron senadores, diputados, alcaldes y simpatizantes que firmaron su adhesión al movimiento.
Permanecer en Morena le significaría a Marcelo la coordinación de los senadores de ese grupo parlamentario en la próxima legislatura. Es la posición que le corresponde al segundo lugar en la contienda interna.
Pero en entrevista con José Cárdenas, le dijo que él no aceptará el premio de consolación. También, ante la pregunta de si rompería con el partido o se lanzaría como candidato presidencial por Movimiento Ciudadano, Marcelo respondió que posteriormente lo decidiría. Claramente está esperando para ver cómo reacciona López Obrador.
Pero, si no sale de Morena, estaría avalando las “irregularidades” que denunció: Una ruptura lo llevaría al “limbo político”. Sin embargo, ya ha reiterado que va a estar en la boleta del 2024. De ser así, su única opción es el MC
Subrayó que en adelante las decisiones que se tomen serán a nombre del Movimiento y ya no en lo personal. Con lo que ha dicho hasta ahora, estaría fuera del partido en el gobierno, pero el tema del traslado de la decisión a la asociación. Se creía almirante y está a la deriva.