Opinión

Instrumentos de la música clásica: El violín

04/03/2014 |09:51Francisco González de Cossío |
Redacción Querétaro
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Musicalia

En nuestra anterior entrega hablamos de Nícolo Paganini, considerado el más grande de los violinistas. En esta ocasión nos referiremos al instrumento, su historia, sus principales fabricantes y continuaremos con grandes obras para el violín.

El violín, del italiano violino, diminutivo de viola o viella, pertenece a la categoría de instrumentos de cuerdas en la que está la viola –también conocida como viola d’amore–, el violonchelo y el contrabajo. El instrumento se toca con la mano izquierda (a menos que el violinista sea zurdo) pulsando las 4 cuerdas afinadas en las tonalidades de sol, re, la, mi. La primera cuerda en ser afinada es la de la y se afina a una frecuencia de 440 Hz, utilizando para ello un diapasón. Las cuerdas son versátiles y se pueden tocar dos o tres notas simultáneamente. El violín no tiene trastes, a diferencia de la guitarra. Con la mano derecha se pulsa el arco, que le da los efectos tonales colocándolo más cerca o más lejos del puente. El arco es una vara estrecha, de curva suave y construida idóneamente con madera dura del palo Brasil o de Pernambuco, de unos 77 cm de largo, con una cinta de 70 cm constituida por entre 100 y 120 crines de cola de caballo (actualmente la crin de caballo es a veces sustituida por fibras vinílicas). El arco del violín tiene en la parte por la que se sostiene un sistema de rosca que hace que la cinta de crin se tense o se distienda.

Los primeros violines se utilizaron en Italia desde principios del Siglo XVI. Cremona y Brescia fueron centros clave de fabricación de violines desde 1550.

El principal fabricante de violines y el que se presume produjo los mejores ejemplares es Antonio Stradivarius (1644-1737). Nació en el seno de una familia de Cremona con tradición en la fabricación de instrumentos de cuerda. Instruido por Nícolo Amati, enseñó a sus hijos el oficio, y el taller familiar produjo violines, violas, violonchelos y guitarras. Hay conocedores que afirman que estos instrumentos son los mejores que se han fabricado.

Es en el Siglo XVII que el violín es difundido, sobre todo en Italia, pues antes de ello eran el laúd, la vihuela, la viola da gamba, la guitarra y la mandolina los instrumentos de cuerda más apreciados y utilizados. Desde entonces el prestigio del violín comienza a crecer y es en esa época que emergen los fabricantes de violines llamados luteros o lauderos, –o luthiers– ya que inicialmente se dedicaron a la fabricación de laúdes. A la fecha a los talleres de violines y violas se les conocen como Lauderías. En Querétaro existe una de las dos más importantes lauderías de América.

Desde entonces el violín se ha difundido por todo el mundo, adoptándose como ‘instrumento tradicional’ en muchos países no europeos, desde América hasta Asia. El violín es un instrumento protagonista en las orquestas, grupos de cámara y bandas de todo tipo de música, incluido el jazz. En las orquestas el primer violín o concertino, es el que define la tonalidad de la orquesta.

Quisiera concluir esta breve nota sobre el inagotable tema del violín con una cita del gran físico judío-alemán Albert Einstein quien, además de ser el más grande de los físico-teóricos del Siglo XX, fue violinista. Dijo: ‘Si yo no fuera físico, probablemente sería músico. A menudo pienso en la música. Vivo mis sueños en la música. Veo mi vida en términos de música... no puedo decir si yo hubiera hecho algún trabajo creativo de importancia en la música, pero sí sé que tengo más alegría en la vida gracias a mi violín’ (1929).

*Diplomático queretano; diletante de la música clásica. Twitter: @fgcossio

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