“De niño siempre soñé con ser empresario”. Así, de forma tan sencilla y tan inspiradora iniciaba Juan Pablo Castañón, presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), uno de sus mensajes que pudimos atestiguar en vivo. Si recordamos con sinceridad nuestra niñez, la mayoría de los mortales jugamos a ser doctores, policías, bomberos y hasta presidente de la República, pero difícilmente soñamos con ser empresarios. No era normal que nos lo inculcaran ni tampoco había series de acción en donde el desenlace tuviera a un empresario como héroe. Conforme los calendarios se nos agotan y crecemos en estatura y madurez, alcanzamos a comprender que en el mundo real los protagonistas del cuento de la vida son los hombres y mujeres que salen todos los días a desempeñar un trabajo honesto y decente que mantiene no solo a sus familias sino que le da consistencia a este caldo que conocemos como economía. Mejor aún, si abrimos nuestro campo de visión, podremos entender que existen personas que por el puro gusto y convencimiento de hacerlo, están buscando constantemente la generación de condiciones de prosperidad para todos los mexicanos; esos son los héroes del México real. Son ellos los que buscan defender los legítimos intereses de las empresas y también de sus trabajadores; son ellos los que se “echan el tiro” de combatir aquello que a su juicio puede ser mejorado o debe ser erradicado; son ellos los que buscan logros para compartir no solo con los suyos, sino con todos los mexicanos, aunque al final de la jornada una buena parte de nosotros ni siquiera nos enteremos de quién metió el gol con el que ganó el equipo. Esa es una probadita de la visión y de los objetivos que persiguen hombres y mujeres de más de 65 ciudades de la República Mexicana que el año pasado cumplieron 85 años de existencia y que desde ayer están reunidos aquí en Querétaro en el Seminario Nacional de Presidentes y Directores de la COPARMEX. Sus intenciones no son la búsqueda del poder ni tampoco adueñarse de los mercados en los que ya de forma natural tienen influencia con sus más de 36 mil empresas representadas y 30% del PIB que generan; no están buscando que se les pague más ni tampoco pagar menos a sus empleados. No, estos amigos tienen claro que el camino es la cohesión de la sociedad, la generación de liderazgos de la comunidad y la creación de riqueza no solo para ellos sino para todos los que somos pieza de este engranaje económico- social que al final de cuentas tiene impactos positivos en distintos aspectos de nuestras vidas. Así que además de trabajar en sus empresas, ya sean de 1 o de 5 mil empleados, estas damas y estos caballeros –gran parte de ellos sin sueldo- se hacen tiempo en la agenda para ejercer libre y responsablemente su derecho a construir un país sin vicios de colores o de cuotas. Si intentamos nuevamente hacer un acto de reflexión, todos los mexicanos compartimos estos anhelos y tenemos un deseo de que estas cosas funcionen… Ser COPARMEX significa poner mente, corazón y manos a la obra. ¡Bienvenidos a Querétaro! *Maestro en Arquitectura con estudios en Alta Dirección, Contexto Económico y Sustentabilidad. Más de 5 años desarrollando empresas.

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