El engaño de la retórica oficialista en materia de impartición de justicia. El entonces presidente Andrés López Obrador, emprendió una campaña desde la Presidencia de la República, de denuesto en agravio de las y los ministros, a razón de no haber podido someterlos bajo su control. Si bien en el inicio de su mandato obtuvo lo que quiso con el ministro presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar Lelo de la Rea; éste obedecía las “sugerencias” de AMLO; el mismo López Obrador confesó en una de sus mañaneras que el entonces ministro sí atendía las peticiones del presidente de México. Después se sabría que toda aquella autoridad judicial que atendía las órdenes de Arturo Zaldívar, era premiada; por el contrario, quien no obedecía era castigado con cambios de adscripción. No fue lo mismo con la llegada de la ministra Norma Lucía Piña Hernández, quien marcó su distancia con el abuso de poder que ejerció el expresidente con el entreguista de Zaldívar.
El expresidente Andrés López prometió respetar la autonomía del Poder Judicial: no cumplió. Muchas de las acciones presidenciales rayaron en la inconstitucionalidad, de ahí que fueron impugnadas por particulares y diversos actores políticos; la SCJN, simplemente sentenció como inconstitucionales dichos actos, entre otros, como adscribir a la Guardia Nacional, a la Secretaría de la Defensa Nacional; clara y abierta violación a la Carta Magna. La Constitución establecía con precisión la adscripción a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Era más que evidente la violación, por lo tanto, los ministros simplemente obedecieron al contenido de la norma constitucional. Nada extraordinario. El presidente López, sin embargo, ya disfrutaba del abuso de poder, no tenía límites para ello, ni contrapesos, excepción hecha de las autoridades judiciales que evidenciaban sus abusos. Las ejecutorias de diversas autoridades judiciales fueron el motivo para emprender la lucha encarnizada para destruir al Poder Judicial y apoderarse de este. Los impartidores de justicia atendían las acciones emprendidas por particulares u otros actores que impugnaron la inconstitucionalidad ¡AMLO no toleró el equilibrio de Poderes! Había de destruir aquel que le impedía cometer abusos de autoridad.
AMLO sabía que, para derrumbar los cimientos del Poder Judicial, había que tener mayorías en las Cámaras de Senadores y de Diputados, por lo cual inició abiertamente una campaña electoral en beneficio de su movimiento, de su partido y su candidata. No le importó seguir quebrantando no solo la Constitución, también diversas normas secundarias. Además, con mayorías en ambas Cámaras -en su momento-, en una calificada y en la otra simple, consiguió apoderarse de los organismos electorales, o sea del INE y la Sala Superior del TEPJF. De tal suerte que, pasadas las elecciones, sin haber obtenido votación calificada en las urnas, ambos organismos electorales obsequiaron al presidente López esas mayorías por las que tanto luchó; inconstitucionalmente obtuvo mayoría calificada en ambas Cámaras, lo cual le permitió “abolir” el sistema de impartición de justicia del Poder Judicial. Trastocó toda su estructura con las mayorías espurias de legisladores; fue y sigue existiendo la inconstitucionalidad de las ficticias mayorías, aunque se la hayan robado con la anuencia de las autoridades electorales.
Perverso trabajo, mas fue el idóneo para conseguir el objetivo de eliminar el equilibrio de los Poderes Públicos. A casi un año de distancia, AMLO logró las aprobaciones de reforma constitucional que le dieron la oportunidad de “tirar” a las y los ministros incómodos, unos antes y otros después, para, en su lugar, imponer a todos -a los 9- los que fueron sus empleados. En lo sucesivo, la SCJN bajo el control del Poder Ejecutivo, del movimiento re regeneración nacional. Aunque, a fuerza de reconocer lo sucedido, es AMLO quien logra y tiene el control de las y los ministros, de esa Corte que iniciará funciones el 1º de septiembre próximo, no será la presidente Claudia Sheinbaum la que tenga la asidera del controlo.
La cruenta campaña de denuestos y calumnias emprendida por AMLO durante 2 años, hoy día es seguida al pie de la letra por la presidente Sheinbaum, como parte de la tarea que le dejó el exmandatario. Ninguno de los mandatarios probó un solo acto de corrupción de las y los ministros, negro y sucio sustento de las campañas de calumnias y vilipendios oficialistas.
Junto a la nueva estructura judicial y administrativa del Poder Judicial, se encuentra al aparato de “justicia interna”, denominado Tribunal de Disciplina. Tendrá bajo su control emprender juicios en contra de los “indisciplinados” que no se sometan al nuevo fuero de la Cuarta Transformación. 5 nuevos magistrados, todos ellos propuestos y aliados de AMLO. Ministros de la Corte y magistrados del Tribunal, sin excepción, formaron parte de las listas de los “acordeones”. Renovado el 50% del personal judicial, 881 empleados, serán las nuevas autoridades encargadas de impartir justicia. Algunos con experiencia, los menos; la enorme mayoría sin la menor práctica en la materia, como aquel que ocupará la presidencia de la nueva SCJN, el indígena de Hugo Aguilar, quien antes de entrar en funciones amenazó, como uno de sus primeros actos de administrativos, cometer la injusticia de reducir salarios del personal. Así de ignorantes del Derecho; arbitrarios los ministros del “acordeón”. La nueva era augura abusos y subordinación al Poder Político.