Enfrascados en presumir a sus funcionarios delincuentes. El dirigente nacional del PAN dice que propondrán sanción de cadena perpetua a todo aquel funcionario que se coluda con la delincuencia organizada. La señora Luisa Alcalde -de inmediato-, al sentirse aludida, subió a redes sociales la propuesta de procesar a Felipe Calderón, por aquello del delincuente de Genaro Luna García, exsecretario de Seguridad Pública, quien fuera subordinado del expresidente.
La propuesta de Jorge Romero, dirigente nacional del PAN, lleva nombre y apellido: Adán Augusto López, ex gobernador de Tabasco; quien fuera el secretario de Seguridad Pública del exgobernador hoy es perseguido por delincuencia organizada y más ilícitos. Romero plantea cadena perpetua a gobernadores y funcionarios ligados a grupos criminales, como el caso de Hernán Bermúdez, quien ocupó la Secretaría de Seguridad Pública en el gobierno de Adán Augusto López.
El dirigente panista escribió: “Desde el PAN propondremos cadena perpetua a todos los funcionarios públicos aliados con el crimen organizado. Veamos qué opina Morena”. Jorge Romero compartió un video sobre el tema en sus redes sociales, refiriéndose a Morena. Romero fijó en su red X: “En Morena no gobiernan…pactan. Lo que pasa en estados como Tabasco, Sinaloa o Tamaulipas no son casos aislados: es un patrón de complicidad con el crimen organizado. Y cuando lo denunciamos desde el PAN, su respuesta es intentar callarnos. A nosotros no nos intimidan. ¡No nos van a callar! Propondremos cadena perpetua para funcionarios cómplices del crimen organizado. A ver si el régimen se atreve a respaldarlo. Somos resistencia, somos @AccionNacional”.
También en redes sociales no tardó en llegar la respuesta. En la cuenta X de la dirigente nacional de Morena Luisa María Alcalde, escribió: “Entonces, de acuerdo con Jorge Romero, ¿Felipe Calderón debería ir a prisión y tener cadena perpetua por sus vínculos con Genaro García Luna, acusado y sentenciado en Estados Unidos por narcotráfico y crimen organizado?”.
Pareciera que estos dirigentes nacionales de partido “presumen” a los delincuentes de gabinete de ambos partidos cuando son gobierno. En la historia reciente ningún gobierno escapa a la corrupción, sin embargo, no todos actúan en contra de ella y cuando lo hacen son muy escasos los funcionarios que llegan a ser procesados por las mismas administraciones de gobierno. Recordemos el inicio de las acusaciones con Ernesto Zedillo Ponce de León, quien apenas se atrevió a promover la acción penal en contra del entonces gobernador de Campeche, Mario Villanueva Madrid, primero sentenciado en EUA, luego en México, precisamente por delitos federales. Con Enrique Peña Nieto, se enseñoreó la corrupción y fueron perseguidos varios gobernadores priistas, algunos de ellos procesados y en la cárcel.
Vicente Fox Quesada, no impulsó la persecución penal en contra de algunos funcionarios que rayaron en la corrupción. Se llegó a mencionar a su esposa e hijos, quienes se hicieron millonarios al amparo del poder. Dilapidó miles de millones de dólares producto de los precios del petróleo sin dejar rastro de la mayor parte de esos recursos públicos. Jugosos negocios para unos cuantos y sin consecuencias legales. En el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, tampoco hubo persecuciones. La excepción se dio con Genaro García Luna, con la enorme diferencia que, el exfuncionario de Calderón, fue procesado y sentenciado en los EUA. Desde entonces fue el juguete de entretención de AMLO y lo sigue siendo de la presidente Sheinbaum.
En el gobierno de AMLO, se habla -con pruebas- de enorme, abrumadora, exorbitante corrupción, sin consecuencias penales. Incluso la familia del expresidente está involucrada en los negocios; los hijos, antes sin empleo, ni dinero, hoy empresarios exitosos y millonarios dedicados al jugoso negocio de la política. Ese fue el legado de AMLO. Su gobierno, sin embargo, se dedicó a perseguir a enemigos políticos del pasado, permitiendo completa libertad a todos los de su “clan”. Dejó grosera e irresponsablemente endeudado al país, inició obras que multiplicaron sus costos, corrupción evidente; robos en Pemex y la CFE; fehacientes, claras y abrumadoras pruebas de la corrupción en que incurrieron muchos de sus funcionarios y terceros cómplices de los negocios; sin persecución penal, muchos premiados por su “lealtad”. El Fiscal General, Alejandro Gertz Manero, siempre volteando hacia otro lado para no ver la sangría de la enorme corrupción que hubo en el gobierno de AMLO, la que hoy es un lastre para la presidente Claudia Sheinbaum. Prefirió -el fiscal- perseguir a Rosario Robles, a Jesús Murillo, a su excuñada y otros más, antes que molestar a morenistas abiertamente coludidos con la delincuencia o aquellos que hicieron negocios turbios al amparo de los cargos públicos, mediante dudosos contratos asignados directamente.
¿Cadena perpetua a esos delincuentes con efectos retroactivos? No alcanzarían las cárceles para albergar a tanto político corrupto, literalmente desaparecerían algunos partidos ¿Quién iría tras los grupos de la delincuencia organizada o los carteles?