Probada ineficiencia del programa de seguridad pública federal de los “abrazos y no balazos”. Además, se sobrepone la bestialidad del actuar de la delincuencia organizada en contra de la ciudadanía. El titular del Poder Ejecutivo Federal argumenta injustificadamente que la violencia es entre miembros de la misma delincuencia ¡Falso! El pueblo es rehén de la delincuencia. Desde el ratero que asalta al transeúnte para quitarle sus pertenecías o la vida, hasta los grupos organizados que cobran piso, extorsiones para poder vender o cosechar, so pena de ser asesinados. A la exacerbada violencia se acompaña la impunidad, la falta de seguridad, procuración e impartición de justicia.
Al final de la cadena delictiva, como la imposición de impuestos por parte del gobierno, el pueblo es quien paga las consecuencias de la nula o ineficiente prestación del servicio de seguridad pública a la que está obligado legalmente el gobierno. Ni la Constitución ni las leyes secundarias establecen como premisa los abrazos a los delincuentes para terminar con los miles de ilícitos que se cometen a lo largo y ancho del país, literalmente secuestrado por la delincuencia, llámese como se llame. Y si, por defender la vida o la propiedad la o el ciudadano lastiman al delincuente, corre la suerte de ser privado de la libertad y procesado, hasta en tanto no acredite el ofendido que actuó en legítima defensa y que no fue desmedida el uso de la fuerza, de lo contrario también va a la cárcel. Las contradicciones de un sistema mal aplicado por las autoridades.
El titular del Poder Ejecutivo insiste en que, sus programas sociales combaten las causas para abatir las consecuencias. Falsa premisa en la práctica. Tampoco ha funcionado regalar dinero en carretilla, derivado de la supuesta desigualdad de oportunidades. Por el contrario, entre más dinero se regala disfrazado de apoyos sociales, más delincuencia y más delitos, más poder a las bandas organizadas. El Estado tiene la obligación constitucional de proteger, de defender a todos los mexicanos con el uso de la fuerza pública. Debe brindar seguridad pública para el armónico desarrollo de la sociedad mexicana. Para eso fueron creadas las instituciones, por eso destina enorme presupuesto público. Los últimos acontecimientos delictivos en agravio de 5 jóvenes indefensos, las narcomantas, volantes lanzados desde narcoavionetas, más de 163 mil asesinatos prueban el sometimiento del gobierno, teniendo como víctima al pueblo ¿Cuánto más resistirá la sociedad?
Analista legislativo. @HectorParraRgz