Según las encuestadoras López Obrador es el presidente más popular de los últimos años; sin embargo, ha sido y es el gobernante más ineficiente e incapaz ¿Cómo es esto posible? Todo gracias a la campaña de publicidad permanente y a la erogación de billones de pesos gastados irresponsablemente, literalmente tirados a la basura que tienen y tendrán una enorme carga fiscal durante muchos años por venir. Crear elefantes blancos y reumáticos, como él mismo llamó a ciertas instituciones para desaparecerlas; por ejemplo, el Tren Maya, según datos oficiales ha rebasado su costo 228% de lo programado; el AIFA que inicialmente tendría un costo de 75 mil millones de pesos, se elevó a 450 mil millones de pesos, alcanzó a escribir el exsecretario de Hacienda, Carlos M. Urzúa; la refinería Dos Bocas, cuyo presupuesto fue de 8 mil millones de dólares, pasó a tener costo de 18,900 millones de dólares. Una barbaridad y ninguna de las obras reditúa un beneficio a las y los mexicanos.

Durante el sexenio de la transformación se incrementó la deuda de forma por demás desproporcionada que se traduce en el mayor déficit fiscal de los últimos sexenios, rondando el 5.9% del PIB para este año; deuda que alcanzó 16.8 billones de pesos en el sexenio, el mayor en los últimos 23 años. Nuestros hijos y nietos cargarán con la pesada deuda. Mientras que el PIB apenas si alcanzará, tal vez, el 1% de crecimiento, cuando se ofreció superar a los odiados neoliberales que superaron el 2 y 3%. El crecimiento para el gasto de los programas sociales llegaría para este último año -eminentemente electoral- a los 741,750 millones de pesos; dinero que sirvió de plataforma electoral; 2.7 billones de pesos durante el sexenio, beneficiando, según el gobierno federal a 28 millones de personas. Mil millones de dólares en calidad de préstamo fueron autorizados por el Banco Mundial, para el gobierno de México. La deuda se incrementa descomunalmente.

Pésima administración económica y financiera la del presidente López Obrador. Sin embargo, las encuestas lo señalan como el presidente más popular. Sí, ese populismo que dejará enormes deudas en las finanzas públicas. Por ello la candidata ganadora dejará al mismo Secretario de Hacienda para garantizar y evitar que no le quiten los “alfileres” a la economía nacional como sucediera con Ernesto Cedillo Ponce de León, habiendo creado el Fobaproa. Un presidente populachero que dejará muy mal la economía de México y, de paso, la de los gobiernos federal, estatales y municipales.

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