Empeño del presidente López Obrador en poner en riesgo las elecciones. Insiste en la posibilidad de la anulación de las elecciones por parte de la oposición, pero ¿Quién en realidad tiene la fuerza para alcanzar ese propósito? Sin lugar a dudas que el único que podría lograr el objetivo es el Presidente de la República, por medio del golpe blando o el uso de las fuerzas armadas. La oposición no tiene ni lo uno ni lo otro. Las constantes intromisiones del titular del Poder Ejecutivo en el proceso electoral, además de violentar la Constitución y la Ley de Instituciones y Procesos Electorales, nos pueden llevar a la anulación del resultado de las elecciones, sobre todo si pierde su candidata. A la par el dirigente de su movimiento político, Mario Delgado, también apunta hacia esa posibilidad, acusando a la oposición y al Tribunal Electoral, como los causantes de la posible anulación de la elección. No es coincidencia la misma narrativa.

La consejera Claudia Zavala, presidenta de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, advirtió que, “el presidente, como cualquier otro servidor público, no puede pronunciarse sobre temas electorales y los límites están establecidos en la Constitución”. A su vez, la presidenta del TEPJF, Mónica Soto, también comentó que, “cualquier servidor público, incluido el Presidente de la República, debe apegar sus pronunciamientos a los márgenes que establece la ley durante el proceso electoral o de lo contrario habrá sanciones”. Declaraciones que no agradan al presidente, por eso también arremete en contra de ellas cada vez que le es oportuno. Las mismas autoridades electorales avizoran posibles problemas provocados por el titular del Poder ejecutivo, injerencista obstinado en beneficiar a su candidata y a su movimiento político, insiste en la continuidad de política de la transformación.

De tal suerte que, al único que le conviene generar problemas de anulación es al mismo promovente de las amenazas. En su más reciente advertencia aseguró que, “no hay ningún motivo para anular las elecciones el 2 de junio, en caso de que sus opositores busquen una acción de irracionalidad que apunte a un golpe de Estado técnico, sería como soltar a un tigre o a muchos tigres”. Persiste la intromisión presidencial en el proceso electoral y culpa a la oposición de los conflictos, advierte el peligro y amenaza con problemas de violencia ¿Acaso no son indicios claros de la voluntad de desestabilización política por parte del mismo Poder político? La amenaza es evidente.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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